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Hablemos del funcionariado

Cuando las leyes no resuelven los problemas

Todos deberíamos tener conciencia de las numerosas barreras que las personas con limitaciones físicas tenemos a la hora de hacer gestiones, sobre todo cuando no contamos con asistencia personal.

Recientemente, la vicepresidenta de Cocemfe-Asturias, Mónica Oviedo, afirmaba en la prensa local que España es el país con la mayor normativa del mundo que favorece los derechos de los discapacitados pero que, sin embargo, en la práctica no hemos llegado a que ésta se cumpla.

Y esto es así de claro porque las leyes por si mismas no resuelven los problemas, solo son una guía puesta negro sobre blanco para orientar a las personas, pero si éstas no se conciencian, y las leyes no incluyen dotaciones económicas y sanciones, de poco sirven.

Y hago esta referencia porque estos días tuve que acudir a dos organismos oficiales para hacer gestiones. Soy usuario de silla de ruedas y acudía solo a dichas oficinas. Primero a la oficina de empleo en General Elorza que, aún siendo accesible, me encontré mal por la mala disposición del personal y salí preguntándome para qué mantenemos un organismo que además de emplear poco o nada -a la vista de que para encontrar trabajo la gente busca en páginas on-line-, su personal está tan poco dispuesto a colaborar. Pero seguidamente acudí a la Tesorería de la Seguridad Social, y además de que es accesible, dado lo pesado de la puerta, en las dos ocasiones que acudí conté con trabajadores que de inmediato se prestaron a franquear la puerta tanto al entrar como al salir. El trato dentro fue exquisito y el personal en todo momento me facilitó todas las gestiones posibles, sin prisa, diligentes y con ánimo positivo, pero sin excesos.

Y eso es lo que quería hacer constar, porque como parece evidente no todo el personal se comporta de igual manera y sin embargo marca la diferencia. Me decía un amigo que en un país te encuentras bien cuando en los organismos oficiales te atienden, te escuchan y te facilitan las cosas.

Las personas con diversidad funcional no queremos dar pena, y no exigimos leyes que nos favorezcan para fastidiar a los demás, pero necesitamos que las cosas se nos faciliten para que nuestra vida no sea una continua cuesta arriba. Y las personas en esto marcan la diferencia porque si saben interpretar la ley y cumplir los protocolos, todo funciona mejor y todos salimos ganando.

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