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Malasaña ha muerto, viva Malasaña

La influencia de la movida madrileña en la noche y en los proyectos hosteleros de la capital del Principado

Una de las putadas de ir haciéndote mayor es que vas enterrando a la generación que, de alguna manera, representó un pedazo importante de tu vida. Ahora le ha tocado a Sonia del Amo. Ella era Malasaña, a ella le deben los ciudadanos de Madrid la vuelta a la calle de la fiesta del "Dos de mayo" porque fue ella quien revolucionó al gremio hostelero para conseguirlo. Fue un espíritu diferente, inquieto, abierto e inconformista, la reina del "Andergraun".

Perteneció junto a sus hermanas a esa generación de mujeres que de algún modo escenificaron la ruptura de la mujer con su casposo pasado. Durante años las féminas estuvieron relegadas a un segundo o tercer plano, solo podían ser la sombra de un hombre pero ellas lo fueron todo y más, frente a todo ese pasado y ejemplo para muchas otras que vinieron después.

El "Tupper", el bar musical de referencia en la vida social de la capital de España, situado en Corredera Alta de San Pablo, fue abierto por Sonia del Amo y para muchos de nosotros fue considerado, y aún sigue siendo así, como un templo "indi" al que uno acudía a escuchar la música que no se podía oír en los circuitos comerciales y ver a la gente que no veías en ninguna otra parte.

Pero digo que fueron referencia porque a Oviedo por ejemplo, siempre le ha gustado mirarse en el espejo madrileño, "bajar a Madrid a recoger ideas", decían los hosteleros de la movida ovetense. Y aquí en Oviedo tuvimos también nuestro reflejo del "Tupper" en el "Pick-up", en el número 1 de la calle Shcultz y también tuvimos bares de éxito regentados por mujeres como el mítico local nocturno "Santa Sebe".

Las hermanas del Amo, siguen con locales abiertos en Madrid como el "Madklyn", y a buen seguro tirarán por el "Tupper" durante algún tiempo, pero con Sonia ha muerto un importante pedazo de Malasaña, el que ella inventó, porque por encima de empresaria era un agente social que conectaba a unos con otros, que interactuaba en la sociedad madrileña hasta el punto de que si no pasabas por su bar no existías, y acaso por eso su hermana Blanca encargó al dibujante Mauro Entrialgo un mural con dibujos de los personajes que visitaban el local, tal y como Chus Quirós hizo, encargando a José Vivancos, el pintor cartaginés ya fallecido, que desarrolló buena parte de su actividad profesional en Asturias, la hechura de un mural para el "Pick-up" de Oviedo, que cubría todo un lateral del mismo en el que junto a figuras como Juan Cueto o Víctor Manuel se hizo representar a si mismo.

Sirva este artículo como pequeño homenaje hacia gente que hoy ya no está con nosotros como Sonia del Amo o Chus Quirós, que en los años 80 y 90 pusieron su granito de arena en pos de la modernidad social y cultural de nuestro país.

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