La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Ciudad Y Los Días

Comer es lo que importa

Un indispensable servicio social que necesita apoyo

Está claro que el movimiento se demuestra andando y que obras son amores y no buenas razones. Echo mano de estas fórmulas de la antañona sabiduría popular, tan rotundas y tan certeras, para una leve reflexión muy ligada a las festividades que celebramos estos días cuya significación profunda no estará seguramente en los excesos más consumistas sobre los que solemos poner el acento.

Sin entrar en detalles, se puede aceptar que, aquí y ahora, vivimos en el mejor de los mundos posibles en cuanto a lo que entendemos por el tópico nivel de vida. Pero lo que no se puede negar es que, también aquí y ahora, hay pobreza y gentes en dificultades a las que la vida no ha tratado bien por las causas que sean, que para el caso es lo de menos.

Pero lo indispensable, lo sustancial, lo inaplazable es el sustento de cada día. Comer es lo que importa, por prosaico que parezca. Alimentarse es una necesidad absoluta también, y sobre todo, para los más pobres entre los pobres, que los hay aquí mismo. En definitiva, para tantas personas afectadas por el paro, la crisis, incluso los abandonos de familia, los reveses de fortuna, la mala salud, la vejez, los errores personales o la mala suerte. Tanto da.

Hago estas reflexiones espontáneas a la vista de los últimos datos que hoy llegan a mis manos sobre una institución literalmente vital que funciona en nuestra ciudad desde 1888. Me refiero a la Cocina Económica, que sirve comidas y cenas todos los días del año, en la que colaboran una serie de personas beneméritas y realiza -me atrevo a decirlo así- una labor gigantesca de carácter social. Callada, además.

Leo, por ejemplo, que la Cocina Económica de Oviedo ha servido el año pasado 135.000 raciones, incluidas comidas para llevar a casa. En principio, el servicio es gratuito; sólo quienes puedan y quieran, pagan la cantidad simbólica de 50 céntimos. Unos menús de calidad, en unas instalaciones remodeladas, a favor de quienes lo demandan y sin distinción de razas, ideas, historias personales ni convicciones políticas o religiosas. Nada importa su vida anterior.

Ls espina dorsal de tan fértil actividad asistencial corre a cargo desde siempre de las indispensables Hermanas de la Caridad, con el necesario trabajo de profesionales de cocina y auxiliares así como una serie de colaboradores voluntarios y desinteresados. Parece que últimamente no suelen producirse altas de socios, sino bajas y reducciones de cuotas a causa de desempleo, jubilaciones y a la recurrente situación económica general.

Nuestra sociedad, siempre alegre y confiada, nos hace ignorar situaciones de dificultad que pueden producirse a nuestro lado. Mucho más hirientes en estos días navideños y tan propicios a ciertos despilfarros. La Cocina Económica, que se esfuerza cada día por cubrir la más elemental necesidad del ser humano, precisa con urgencia más apoyos.

No sería justa nuestra indiferencia.

Compartir el artículo

stats