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Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Oviedo

La Corredoria, un lugar digno para vivir

Réplica a la concejala del PP Belén Fernández Acevedo

El PP nos pide insistentemente dos cosas: que hagamos un ejercicio de desmemoria y nos olvidemos de sus veinte años de gobierno, y que les dejemos colgarse medallas. La concejala Belén Fernández Acevedo no quiere ni oír hablar de los tiempos en los que gobernaba en Oviedo su padrino político, y por eso reclama que nos centremos en el aquí y el ahora, para intentar, ya puestos, quedarse con el mérito de soluciones a problemas que ellos mismos generaron, y que no tienen la capacidad de resolver.

Lo hace Fernández Acevedo a cuenta de la situación de las viviendas de la calle Pablo Alonso Rato, un problema denunciado por los vecinos del inmueble, que fue inmediatamente atendido por el gobierno municipal. Tras la intervención del Ayuntamiento, ha aumentado la presencia policial en la zona, para atajar cualquier situación de seguridad ciudadana, y los responsables de Vipasa han iniciado actuaciones para reparar las deficiencias de las viviendas.

Pero al PP las soluciones no le valen, porque lo que quería era apuntarse el tanto frente a los vecinos. Como no lo ha conseguido, reacciona en forma de pataleta, y nos acusa de insultar al barrio de La Corredoria, llamándolo gueto. Fernández Acevedo sabe perfectamente que nadie dijo en el Pleno que La Corredoria no fuera un lugar perfectamente digno para vivir, pero prefiere enmarañar la cosa, malinterpretar palabras e intervenciones, en un nuevo intento bochornoso de quedar como salvadores de un barrio al que maltrataron cuando tenían poder para resolver sus muchos problemas.

Ya lo hizo su jefe, Agustín Iglesias Caunedo, cuando tuvo el descaro de bajar a La Corredoria a dar una rueda de prensa para anunciar la construcción del segundo instituto, una legítima demanda que se ha conseguido impulsar gracias al esfuerzo coordinado de la comunidad escolar y vecinal, y no gracias a Caunedo. Tuvieron que ser los propios vecinos los que le recordaran de quién era el mérito de ese logro.

Pues en este infantil afán de ser el ombligo del mundo, Belén Fernández Acevedo nos acusa de insultar a La Corredoria llamando al barrio gueto, nos pide que nos olvidemos de todo lo que hizo su padre político, y que rematemos apoyando acríticamente sus mociones en las sesiones plenarias. Prefiere que no recordemos cómo, promoción urbanística tras promoción urbanística, durante 20 años su padrino Gabino de Lorenzo vendió el suelo público destinado a hacer viviendas sociales, hizo con ello caja, y permitió que estos pisos se agruparan en las zonas más alejadas de la ciudad, como La Carisa. Prefiere que no recordemos cómo su gobierno participó en la creación de todo un barrio, la sexta ciudad de Asturias, sin garantizar que contara previamente con todos los servicios e infraestructuras que necesitaban sus residentes, que tuvieron que pelear y salir a la calle para conseguir lo que merecían como cualquier parte de la ciudad, pero que se vieron obligados a arrancar como si se tratara de privilegios o regalos. Regalos de esos que Iglesias Caunedo, que como alcalde solo fue capaz de redecorar el salón de Plenos y poco más, va a presentar al barrio con el ánimo de que le den las gracias, causando momentos de auténtica vergüenza ajena (para el que tenga vergüenza, claro). Sí, señores del PP, La Corredoria es un lugar estupendo para vivir, pero no gracias a ustedes.

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