El señor Del Páramo, concejal de Urbanismo del tripartito, quiere ganar con un artículo lo que perdió con una intervención lamentable en el último pleno municipal. Ahora, trata de desdecir lo que él y el PSOE mantuvieron en esa sesión: que La Corredoria era un gueto. Así lo reflejó perfectamente la cronista de este periódico, no el PP. Ahora, para él, La Corredoria es un lugar estupendo para vivir. Eso sí, nunca gracias al PP que gobernó Oviedo, y La Corredoria, durante 24 años. Según esta nueva versión, el PP es el responsable de todo lo malo y no se sabe bien quién -al parecer los que acaban de llegar- el de todo lo bueno y guapo que tiene el barrio.

Yo he vivido en La Corredoria durante casi 20 años y voy todos los días a este barrio porque en él sigue viviendo mi familia y en él trabajo desde la oficina que el Grupo Popular ha abierto en la calle Ignacio Herrero Garralda. Es decir, hablo con bastante conocimiento de causa. Y la cuestión es que el tripartito cometió un error no siendo eficiente en la atención de las justas denuncias de los vecinos de la calle Pablo Alonso Rato. El PP habló con los vecinos y decidió, con ellos, presentar una moción reclamando un mayor compromiso para resolver las cuestiones que denunciaban. El señor Del Páramo aseguró en el Pleno que todos esos problemas ya estaban en vías de solución antes de que interviniera el PP, pero, el mismo día del pleno, los vecinos que hicieron las denuncias no habían recibido noticia o compromiso alguno por parte ni del Ayuntamiento ni del Principado. Fue al día siguiente del debate cuando apareció la empresa contratada por Vipasa asegurando que resolverían los problemas en febrero. Ver veremos.

Para el tripartito, cuando ellos hablan con los vecinos, se preocupan de la gente; cuando lo hace el PP, estamos abusando del pueblo. La estupidez de este planteamiento queda perfectamente representada en el otro caso al que el señor Del Páramo se refiere: la inclusión de una partida de 200.000 euros para el nuevo instituto de La Corredoria en los presupuestos del Principado. Según él, anunciar un hecho claramente constatable como que el PP ha logrado imponer, dentro de la negociación presupuestaria, una partida para este nuevo instituto en unos presupuestos que no la llevaban, es tratar de usurpar méritos a los vecinos e incluso afirma que algunos (muy neutrales: dos apoderados electorales de Somos/Podemos) así lo expresaron públicamente. Pero, ¿es que Podemos, en el Principado, o Somos, en el Ayuntamiento, se preocupó de negociar esta partida presupuestaria? ¿Lo hicieron el PSOE o IU? Desde luego que no: quien lo hizo fue el Grupo del Partido Popular en el Parlamento asturiano, a petición del grupo municipal que lidera Agustín Caunedo.

En resumen: el PP defiende una moción con las reivindicaciones de los vecinos que el tripartito, según los propios vecinos, no atendió y consigue incluir en los presupuestos regionales una partida para el instituto de La Corredoria que ningún otro grupo defendió. ¿Dónde está el delito? Es más, el propio intento del señor Del Páramo de desmerecer los 24 años de gobierno del PP es una tomadura de pelo más porque gracias a las inversiones realizadas por ese gobierno se construyeron todos los equipamientos que hoy sitúan a La Corredoria como un lugar muy digno para vivir. Y se equivoca al asegurar que les exigimos un ejercicio de desmemoria y que olviden del pasado; lo que le pedimos al señor Del Páramo y a sus compañeros del tripartito es que no miren hacia el pasado con ira, convirtiéndolo en su único horizonte.

Les pedimos que construyan su propio tiempo en vez de empecinarse en cambiar el que ya pasó: ni se pueden ganar las batallas que los abuelos perdieron, ni se puede hacer olvidar a los ovetenses lo que el PP hizo para modernizar Oviedo durante 24 años, entre otras cosas, porque lo hizo con el apoyo mayoritario de los propios ovetenses.

Les pedimos, en fin, que demuestren con hechos sus compromisos. Por ejemplo, en La Corredoria: en año y medio lo único que han hecho en este barrio, en lo único que han invertido en este barrio, ha sido en organizar mítines y fiestas. No en resolver sus problemas ni en plantear nuevos proyectos para estos vecinos.

Para Nietzsche, "todo idealismo frente a la necesidad es un engaño". Y eso es lo que estamos padeciendo ahora en Oviedo, porque la receta maniquea del tripartito no sirve a una ciudad que necesita impulsos para seguir creciendo y modernizándose; que necesita gestión para resolver problemas del día a día y para generar actividad económica y empleo; y que necesita proyectos que miren al futuro, que construyan futuro.

Oviedo y La Corredoria son lugares estupendos para vivir; no se empeñen en destruirlos con el engaño de un idealismo miserabilista que parece feliz levantando guetos y muros de las lamentaciones. ¡Ah, y mal que les pese seguiremos hablando y representando a los vecinos de La Corredoria y de todo Oviedo! Quizás, entre todos, podamos conseguir que hagan algo bien.