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La mar de Oviedo

Olivo y Glorieta

Olivo y Glorieta podrían ser personajes de cómic. En Batres, Arroyomolinos, Boadilla del Monte, Tres Cantos, Socuéllanos de Tomelloso, en la calle Castilla, de Vitoria; Juan XXIII, Murcia; Virgen del Rocío, Jaén; avenida de Elvas, Badajoz; Foia de Bunyol, Valencia; Rosalía de Castro, Vigo; Alfonso XII, Osuna; carretera a Porreres, Mallorca; Canalejas, Cádiz; Ramón y Cajal, La Robla... Justo del Castillo y Ceares, Gijón; La Atalaya, Ribadesella; Liberación, Oviedo... Cientos de glorietas exhiben el olivo, símbolo de la paz, de cuyo fruto se obtiene el óleo para ungir a los dioses, y cada semana algún conductor se estrella contra un olivo. Nuestro tráfico rodado orbita en torno a la paz y la glorieta, sin la posibilidad de entrar en su balsa de aceite salvo por la fuerza, como los cohetes espaciales en la atmósfera terrestre, a toda pastilla. Es el sino de la aceituna, que la machaquen, y el de la paz, que la embistan.

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