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La mar de Oviedo

Liga

La liga se hace con jugo de muérdago y la traigo porque leo que a un vecino de Valdés, por usarla para cazar pardillos en Barcellina, lo multaron con 1.440 euros del ala. Yo nunca atrapé pájaros porque me da repelús agarrarlos, pero de niño contemplé algo insólito un verano de los años 50 (todo lo que sé y vi en mi vida ocurrió en esa década) en la finca de mi abuelo, en Peñaullán: mis primos hicieron liga, untaron con ella las ramas de un guindal cargado de fruto y, escondidos, iban narrando los nombres de los pájaros que quedaban presos de patas: verderones, gorriones, pegas, cuervos, jilgueros, tordos, mirlos, petirrojos, currucas capirotadas, alimoches... Toda esa enciclopedia aleteaba ante mis ojos, y llegó a hacerlo con tal fuerza que el guindal empezó a estirarse, las raíces a trascender, a despegarse del suelo y, finalmente, salir el guindal volando Pravia allá, a las luiñas, a los nunca.

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