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La ciudad y los días

Apoyo ciudadano a las fuerzas de seguridad

Los robos oscurecen la mejora en los índices de delincuencia

¡Cómo no nos va a parecer bien que el delegado del Gobierno, antes gobernador civil, se preocupe por la seguridad ciudadana! Si me apuran, "va de soi", que diría un francés. Pero don Gabino de Lorenzo siempre ha sido original como autoridad pública, ya en sus tiempos de alcalde ovetense. Cargo en el que ha dejado positiva huella con obras como la Losa de Renfe, por poner un solo ejemplo y sin ánimo de catalogar pros y contras, que siempre los hay.

Me refiero al interés de sus palabras -que por cierto dosifica- durante el acto del sábado en la Delegación de Defensa con las que solicitaba el apoyo ciudadano frente a los asaltos a viviendas por bandas de ladrones. Delincuentes "difíciles de detener", según se nos revela, por su carácter foráneo y su consecuente escape ambulatorio. Condición que, por igual razón, nos haría contemplar con más benevolencia los robos cometidos por personal autóctono.

La dura realidad es que -siempre según la interesante reseña de LNE- los robos en viviendas han crecido entre nosotros, "incluso con sus moradores en el interior". Lo cual, añado, los convierte en sucesos de película de miedo. Menos mal que la operación de salvamento, protagonizada en Trubia por las fuerzas de seguridad, terminó con nueve detenidos. "Dos de ellos albaneses", según se nos puntualiza..

Pero curiosamente la característica que dificulta de veras la captura de estos delincuentes sobrevenidos es un efecto no deseado del "magnífico estado de nuestras infraestructuras viarias" -como también atinadamente nos es revelado por don Gabino- lo que les permite literalmente cometer un delito aquí y en pocas horas estar mucho más allá. ¿No es curioso? Lo es. Y además, paradójico.

Sírvanos de consuelo, sobre todo a los que al menos todavía no hemos sido víctimas de este género de asaltos (estoy tocando madera), el consolador dato facilitado por el señor delegado de que nuestra tasa de criminalidad es la segunda más baja del país, sólo detrás de Extremadura. "Es un hecho -enfatiza don Gabino- que las cosas se están resolviendo y que cada poco hay detenciones". Pero, eso sí, también se nos matiza que los robos con fuerza han oscurecido esa mejoría.

Todo tiene su cara y su cruz. El señor delegado afirma que nuestra región es segura. Pero el mentado oscurecimiento aconseja también, por lo escuchado, ir aún más allá para reclamar la colaboración de los ciudadanos. ¿Cómo pueden los ciudadanos llevar a cabo tan saludable actividad de asistencia pública? Pues, literalmente, "si ven algo extraño en su entorno, como personas desconocidas alrededor de su casa o en actitud vigilante, que llamen a las fuerzas de seguridad".

Conviene hacerle caso a don Gabino, aunque los que vivimos en zonas concurridas como el Parque de Invierno, donde suele haber gente en actitud vigilante por la proximidad de niños, ancianos y animalitos domésticos, no lo tendremos fácil.

El señor delegado tarda en hablar, pero cuando lo hace es absolutamente original. Y el deseable apoyo ciudadano parece que reclama la recluta de voluntarios reservistas o la resurrección del somatén. En materia de seguridad, cuesta creer que la velocidad del delincuente sea un inconveniente definitivo.

Bromas aparte, y con toda mi simpatía al señor De Lorenzo, está claro que vale más prevenir. Los que se tienen que hacer ver son los custodios. En materia de seguridad, se nos reclama apoyo a los ciudadanos, y lo prestaremos por la cuenta que nos tiene, pero sin duda lo que más necesitamos los ciudadanos es el apoyo eficaz de los poderes públicos.

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