Esta semana se ha hecho pública parte de la investigación que, desde hace meses, el actual gobierno de Oviedo está llevando a cabo desde la concejalía de Seguridad Ciudadana sobre las la concesión de tarjetas de aparcamiento.
No nos sorprende nada de lo descubierto. Encaja a la perfección en la política desarrollada por el PP durante veinticuatro años, en la que los favores, los intereses personales y los amiguismos han marcado el camino de una gestión irresponsable y vergonzosa. No sólo por la deuda que han dejado en el Ayuntamiento con "Villa Magdalena" o el Calatrava, sino también por asuntos como este. La indignación de la gente en la calle ha ido en aumento conforme se ha ido conociendo toda la información, exactamente lo mismo que nos ha pasado a los concejales de las fuerzas políticas del gobierno. Cuarenta y nueve tarjetas irregulares ha encontrado el concejal, tarjetas concedidas por dos jefes de la Policía Local, primero Agustín De Luis y después el actual comisario, y todo bajo el mandato del PP.
Pero lo más indignante de todo es descubrir quiénes son los beneficiarios de este privilegio. Curas, arzobispos, empresarios, alcaldes de barrio de la época del PP, políticos, magistrados... a los que o se les debían favores o se les quería tener contentos. Lo que está claro es que para algunos que gobernaron muchos años esta ciudad había ciudadanos de primera y de segunda.
Ahora le toca el turno a los vecinos y vecinas de Oviedo, para que reflexionemos todos sobre cómo se estaban haciendo las cosas, observando la diferencia en las formas y en el fondo entre los que hoy deberían dar explicaciones sobre este asunto y los que hemos logrado sacarlo a la luz pública y pensamos llegar hasta el final, tal como nos exigís en la calle.
