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La mar de Oviedo

Guernica

A veces voy al museo a ver un Goya y está en una expo itinerante; el pasado octubre fui a la National Portrait Gallery, de Londres, a ver uno de las hermanas Brontë, y se lo habían llevado a Suiza; en ocasiones el cuadro no está expuesto al público sino en el almacén; en Santa Fe, Argentina, quise admirar cinco retratos de Mujica Láinez, realizados por otros tantos pintores, y ya los habían retirado. Las modas cambian; también en el cuarto oscuro de nuestro Museo, en la Rúa, convivieron Barceló y Piñole; hay lienzos que nunca vieron la luz porque las obras maestras aumentan con más rapidez que las paredes. Incluso Oviedo se queda pequeño para las esculturas, los bares y las normas estrechos para la música y los escaparates de las librerías insuficientes para tanto poema y tanto cuento. Nos desborda el arte. Gracias a Dios que cupo en el Campoamor el "Guernica" de Madroñero. ¿Gracias a Dios?

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