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Concejal de Cultura

Buona Fortuna, Marzio

En la despedida del maestro italiano que ha dirigido Oviedo Filarmonía desde 2011

El maestro Marzio Conti, que dirige esta noche en la plaza de la Catedral su último concierto como director de la orquesta Oviedo Filarmonía, ha sido premiado con la más alta distinción musical que concede el Ayuntamiento de Oviedo, la Medalla de Oro del Auditorio Príncipe Felipe, por el conjunto de su trayectoria y muy especialmente por la obra realizada al frente de la orquesta de nuestra ciudad.

Marzio Conti nació en Florencia, la ciudad de Dante y de Boccaccio, donde el comercio cotidiano con la belleza hace que la dedicación a una profesión artística sea, más que una elección, un destino. Tras su debut con "I Solisti Veniti" en el Festival de Salzburgo de 1981, dedicarse al estudio del repertorio barroco y ser considerado uno de los flautistas más dotados de su generación, ha hecho del mundo su escenario. Las salas más prestigiosas de la escena internacional, Bunka Kaikan de Tokyo, Queen Elisabeth Hall de Londres o La Fenice de Venecia lo han presentado como solista antes de consagrarse a la dirección orquestal en el cambio de siglo. La Instituzione Sinfonica Abruzzese, la Filarmónica de Turín y la Orquesta del Teatro Marrucino de Chieti, son algunas de las agrupaciones dirigidas por el Maestro Conti antes de hacerse cargo de Oviedo Filarmonía, en 2011. Probablemente, lo más importante en su tarea desde entonces hayan sido la pasión por perfeccionar el sonido del conjunto, el deseo de transmitir al público la emoción de la música y el interés genuino por llevar los conciertos a los ciudadanos de los barrios que con sus impuestos contribuyen al mantenimiento de una institución tan necesaria como Oviedo Filarmonía.

Después de seis años en nuestra ciudad, Marzio Conti se despedirá profesionalmente de Oviedo con una de las obras más interpretadas del repertorio clásico, "Carmina Burana" de Carl Orff, que según Alex Ross, crítico musical del "New York Times" y autor de un libro absolutamente recomendable, "El Ruido Eterno", "retrocede en el tiempo hasta el teatro musical de la Antigua Grecia con su lenguaje intemporal, melodioso, percusivo e hipnóticamente repetitivo... una obra que a través del deseo de conectar la música con una comunidad puede servir para la difusión de un pensamiento democrático".

En la Plaza de la Catedral de Oviedo, sobre el escenario de una noche de verano, la cacofonía amable de las afinaciones, el rumor sordo de los coros que se apresuran discretamente hacia las posiciones asignadas. La orquesta Oviedo Filarmonía, el Coro de la Fundación Princesa de Asturias, el Coro de la Ópera de Oviedo, Beatriz Díaz, Javier Franco y Xavier Xabata. También en la plaza, pero del otro lado del espejo, se apagan los últimos rumores entre el público.

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