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La mar de Oviedo

Ayoyotes

Suenan a granizo los Ayoyotes, cascabeles aztecas, nueces huecas del ayoyotl, con una base de cuero para amarrar en los tobillos y muñecas de los danzantes, y a gemido los ehecachichtlis, silbatos de barro, con forma de calavera; de ayoyotes, ehecachichtlis, ocarinas y tambores se valió Ensemble Voblana en el Festival Coral de Lisboa para interpretar "La muerte sonriente", de Diana Syrse; cantaron otras piezas, y también su alevín mixto, Luzcoræ, que dirigen Elena Camblor y Cristina Luces, dentro del proyecto Voces Blancas del Conservatorio del Nalón, de mi admirado músico ovetense Óscar Allen. Con ayuda de la Consejería de Cultura y los padres de las rapazas (lamento que no quepa aquí una semblanza de cada familia), llevaron su arte al Centro Cultural de Belém, al Museo de la Marina y al Monasterio de los Jerónimos. Resultado: sendas medallas de plata. O sea, poco ruido y muchas nueces.

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