La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mar de Oviedo

Auroras

Iba a hablar del atasco de licencias de obra en Oviedo, donde apenas hay obra, pero me quedo con el amanecer duplo que pude contemplar en Estocolmo, en el mar Báltico, cuando, detrás del Drottningholms Slott (Castillo de la Isla de la Reina), surgieron dos soles. No se trataba de la llegada de Géminis, ni del parhelio, fenómeno óptico asociado a la refracción de la luz en los cirros de hielo, sino que el amanecer duplo lo constituían el Sol y una Luna llena anaranjada, conocida como Luna de sangre. Cuando los dos astros surgen muy cercanos en el horizonte, la Luna refleja el brillo del Sol con tanta intensidad que parece un segundo Sol. Oí que pasó lo mismo en Londres con Letizia, un sol al lado de Felipe. Alineación similar de las estrellas necesitamos en nuestro Consistorio ante el problema de las licencias; tendrá que amanecer dos veces cada mañana para que despertemos y nos pongamos al día.

Compartir el artículo

stats