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Llegó San Mateo y mandó a parar

Del Bombé a La Belmontina

El Bombé es otra cosa. Familias de anuncios de cereales, gente bien, camareros de profesión, todo eso. Espero no incendiar nada, pero a mi me gustaba mucho más en el Paseo de Los Álamos, pero qué le vamos a hacer.

Es verdad que al Campo le han dado un contenido para la guajería que merece todos los aplausos y que sirve de nexo entre el área del fregao -zona vieja- y el Bombé, allá arriba, pero para el nocherío eso no sirve porque los rapacinos ya no están operativos, y subir desde El Paraguas hasta los Carmelitas es para gente que haga fondo. No obstante hay que plegarse a la realidad; cuentan que ese emplazamiento es un éxito y que tanto chigreros como clientela están encantados. No hay más que decir.

Pensándolo bien, y aunque mis amigos jardineros deseen romperme las piernas por esta opinión, el Campo no sería mal sitio para el total de las fiestas, pues de esa forma los ovetenses que viven en las zonas de la explosión sonora podrían dormir. Pero hay que reconocer que la gente lo pasa pipa en Porlier y aledaños entre cubata y bocata, comunicándose por señas dada la potencia sonora de los altoparlantes -me encanta esta palabra, tan americana como los haigas-.

Resumiendo, aunque la tarde es grata -gratísima diría yo- en el Bombé, el lugar de la dulzura de la embriaguez y del pecado es en las faldas de la Catedral -donde siempre estuvo, que aún no se me olvidaron las bombillas rojas de mala muerte de la Calle Carpio, Postigo y aledaños-. Hoy en todo ese territorio solo hay un problema que desagrada a todos y nos deja fatal cara al visitante: la caries en la esquina entre Santa Ana y Canóniga, donde estaba la tienda de petardos y restallones de Nicanor.

Dándole vueltas a ese asunto atraqué en los chiringos de la Corrada del Obispo. Mientras cargaba calderas con otro pelotazo de ron apoyado en la barra reparé en las banderas del balcón del Obispo. Asturias, España y? Vaticano. Otro compañero de navegación me explicó que no podían poner la de Europa porque el Estado Vaticano, que existe con todos los papeles desde 1920 más o menos, no pertenecía a la Unión.

-O sea -razoné yo- como si el obispado fuese una embajadina? Por lo tanto el martillo de Canóniga es soberanía del Porteño -que es el segundo Papa que me cae bien después de Juan XXIII, por cierto-, y no del Alcalde. Eso lo explica todo, pero había que arreglarlo?

Me di cuenta que yo ahí no podía hacer nada porque a pesar de haber sido monaguillo en Santirso de rapacín, no tengo mano con los curas. Prueba de ello fue cuando saludé al Padre Ángel en FITUR. Le dije que estaba haciendo una gran labor, que era uno de los asturianos notables, etc. Él me miró, me dijo "muy bien, muy bien" con unas palmadinas en el brazo, metió una mano en el bolso de su americana y diciéndome "hala, toma, toma" me dio un llaverin y desapareció entre la gente. En mi casa todavía se están riendo de mi, y eso que FITUR fue en enero.

Para borrar el mal sabor de boca tiré para La Belmontina a cenar unos callinos y ver el ambiente mateíno de la Calle El Águila.

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