Ana Taboada estaba en la buena línea. Le sentó muy mal que el alcalde, Wenceslao López, se precipitase imprudentemente y soltase, en la romería del Cristo, que la última noche de San Mateo había tenido una agresión sexual como punto final. La Policía lo investigaba. La portavoz de Somos replicó al alcalde con temple: "En estas cuestiones hay que ser responsable. Y eso me parece muy importante. No se pueden dar determinados datos. Hay que actuar con absoluta delicadeza". Los acontecimientos dieron la razón a Taboada. A la mala noche de una chica que despertó en la calle no se sumó la agresión sexual que, en un primer momento, creyó haber sufrido.
Al Alcalde le pareció que haber esperado cinco horas desde que la Policía Local recogió a la joven hasta que él lo contó era suficiente. Los agentes de la Policía Nacional, a cargo de la investigación, no lo tuvieron claro hasta que habían transcurrido más de 24 horas. Y aún aguardaron para convertirlo en una cuestión de dominio público. Con un impecable comunicado, la policía demostró que ellos sí que saben de verdad lo que se traen entre manos. La buena noticia, afortunadamente, es que nadie sufrió tal violación. Y San Mateo pudo terminar sin denuncias por agresiones sexuales, como las que sí hubo en otras fiestas asturianas este verano.
