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La mar de Oviedo

Segur que tomba

Me entristece que de las mil estrellas fugaces que huyen de Cataluña ninguna ilumine Asturias. No somos destino de milanos, de amilanados ni de despavoridos. ¡Ay!, las ondas gravitacionales, el agujero negro y el viento garbí arrastran mis parrafadas y mi masa espiritual transforman en energía negativa; pierdo la cordura y lo único que siento es asco ante Puigdemont y demás estrellas muertas y hediondas, curvaturas del espacio, jorobas siderales que quieren metérnosla doblada. Me perturban esos neutrones subatómicos, nucleones sin carga neta, esteladas del culo, atajo entre la nada y las bombas fétidas, agujero de gusano atascado de lombrices. Un puntazo para nuestra autoestima sería trasladar hoy mismo al Ampurdán el domicilio de El Gaitero, CLAS, Camilo de Blas, Casa Gervasio, Alimerka, la Fundación Princesa y, en fin, LA NUEVA ESPAÑA. Si jo l'estiro fort per aquí i tu l'estires fort per allà, segur que tomba.

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