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Concejal del PP en el Ayuntamiento de Oviedo

Caunedo rearma al PP de Oviedo

Respuesta a las críticas de Rosón tras la comida del Desarme de los populares ovetenses

Rubén Rosón hace otra demostración de su vil y ruin talante atacando a Caunedo a costa de la comida con la que más de 130 militantes y simpatizantes del PP de Oviedo celebraron el Desarme. No me extraña que le moleste porque él no podría reunir tal número de amigos, y encima pagando cada uno su menú, ni para rememorar sus ridículos como monigote verde o de amigo traidor en tropelías de malbebedores contra chiringuitos decentes, de los que usan el dinero para fines sociales y no para financiar partidos y bandas / checas revolucionarias.

Esta comida demuestra que el PP de Oviedo, bajo la presidencia de Agustín Caunedo, vive unos excelentes momentos, integrando a muchas personas con experiencia política y a jóvenes con ilusión, ganas y conocimiento, sumando y sumando día a día para fortalecerse ante la titánica tarea que habrá que afrontar para regresar a Oviedo al futuro después de cuatro años del bolchevismo bananero de estos revolucionarios de pacotilla, que sólo actúan de sabuesos del "El Consorte", Celso Miranda, aún cuando, como a Rosón, éste les desprecie poniendo al lobo incompetente del cuentacuentos a vigilarles la nuca.

Celso Miranda, a través de su monigote verde, de su mujer y de toda la checa que financian, a través de contratos menores, con el presupuesto público, demuestra día a día que lo de la transversalidad de Somos / Podemos es un cuento: estamos ante la versión más trasnochada del partido Comunista y por eso padecemos estas viejas tácticas guerracivilistas. El populismo trae estos lodos: Miranda, que siempre se destacó por su inutilidad política, es ahora el líder en la sombra del "desgobierno del cambio", incluso, paciendo junto al tránsfuga Rivi, con el que otrora sirvió mojitos y compartió prebendas en el chiringuito que está siendo investigado por supuesta financiación política ilegal.

Es evidente que a esta tropa de zombis del más rancio comunismo les molestan Caunedo y el PP; tienen prisa para destruir esa alternativa real a sus desmanes en Oviedo y en Asturias. Por eso acentúan la cacería, ya sea manipulando conclusiones de una comisión hecha a la medida de su odio o con los artículos ridículos que firma el ágrafo Rosón. ¿No se dan cuenta de que con tal ansiedad dejan al descubierto que no persiguen justicia sino liquidar a un rival fuerte? No, no se dan cuenta, porque sus neuronas destilan odio y rabia y no inteligencia.

Rosón no sólo está imputado sino que esta "acusado", es decir, a espera de juicio, por un delito que se vanagloria de haber cometido (salvo que, como en el caso del chiringuito atacado, decida echarle las culpas a los colegas) y que sólo está a la espera de que un tribunal valiente (hay que serlo para superar los acosos físicos y sociales de las turbas revolucionarias) dicte condena por haber tomado a la fuerza un edificio público. Pero, aún estando en esa situación, no tiene reparo en arremeter y juzgar a otra persona que se ha declarado inocente y que está a la espera de que se cumplan los plazos a los que legal y democráticamente tiene derecho dentro del principio de presunción de inocencia.

Como los prehistóricos bolcheviques, quieren ser acusación, jueces y verdugos para erradicar a quienes pueden hacerles regresar al pasado al que pertenece su rancia ideología. Pero no lo van a conseguir. Caunedo está rearmando al PP de Oviedo y Mercedes Fernández, al PP de Asturias, y en Oviedo y en Asturias van a demostrar que el resurgimiento del partido comunista con su nueva cara de Somos / Podemos ha sido flor de una penosa legislatura. Y Rosón, una advertencia: cuando uno se alegra grosera e injustamente de los problemas ajenos, normalmente, termina por padecer esos o más graves problemas. Las auditorías de cómo están devorando los presupuestos públicos, me temo, les van a dar para pisar más veces los juzgados, antes incluso de que logre alcanzar una profesión civil de la que vivir. Y es que el único naufragio que se adivina en el horizonte lleva a Rosón como grumete sujetando la bandera pirata.

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