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Equo Oviedo

¡Utiliza el baloncesto para cambiar el mundo!

A favor del pabellón que se proyecta en una parcela de La Florida

El pasado mes de noviembre leí con perplejidad una noticia publicada en la prensa regional, en la que se afirmaba que los vecinos de la Florida rechazaban la iniciativa para la construcción de un pabellón de baloncesto en su barrio. Los argumentos para esta oposición los puntualiza el Presidente del colectivo vecinal del barrio de La Florida y, lo que es peor, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo (FAVO), en base a argumentos, como que "el solar en el que quieren construir el pabellón estaba destinado a un geriátrico, un servicio público que beneficia a todos los ciudadanos y no solamente a un club deportivo que es una entidad de carácter privado". Esta frase resume el espíritu del resto de su argumentación.

Todo ello me produjo una mezcla de sentimientos, entre tristeza e indignación. No es más que la constatación de un grave problema que afecta a la colectividad, la falta de conciencia sobre los beneficios que el deporte aporta a nuestra juventud y a nuestra sociedad en general.

¿De verdad creen una parte de los vecinos de Oviedo que fomentar el deporte colectivo en nuestras niñas, niños y jóvenes no beneficia a toda la ciudadanía? ¿De verdad creen una gran parte de los vecinos de Oviedo que un geriátrico, que no dudo de su necesidad y beneficios, es más social y bueno para nuestra sociedad que una juventud de vida saludable en la época más importante para su formación como personas?.

Podría llegar a estar de acuerdo con esta hipótesis, en todo caso, si nuestra educación estuviera a la altura; si en cada colegio e instituto público se fomentará el deporte, si hubiera montones de instalaciones adecuadas y los hábitos de vida saludable que el deporte conlleva fueran una prioridad social. Pero la triste realidad es que no es así, y que las madres, padres y educadores no hacemos más que quejarnos de ciertas actitudes de nuestra juventud cuando no les ofrecemos alternativas saludables y divertidas.

Quizás no sepa este colectivo de vecinos, que si una niña o un niño de Oviedo quieren jugar al baloncesto durante su vida educativa, y en particular si estudia en un colegio público, no le queda más remedio que ir a uno de los pocos clubs de la ciudad. Estamos hablando de varios cientos de jóvenes practicando deporte.

Tener un pabellón cuanto más grande mejor para el baloncesto, que podría ser utilizado para otras actividades, como competiciones de otros deportes, conciertos -un déficit claro en Oviedo que se deja notar especialmente en la programación festiva de la ciudad-, etc, ya sabemos que no resuelve todos los problemas, pero al menos puede actuar como acicate para fomentar la práctica del deporte en Oviedo, más allá del fútbol.

Un ejemplo de que esto es posible lo podemos ver en Vitoria, ciudad que en los últimos meses, y con buen criterio, desde el Ayuntamiento se toma como ejemplo de ciudad sostenible; curiosamente una ciudad que ha tenido alcaldes de todo signo político y cuyo pabellón de baloncesto (multiusos), con una población en número similar a Oviedo tiene una capacidad de más de 15.000 localidades. El pabellón previsto para Oviedo rondaría las 6.500.

Lo que sí puede ser importante, si no seguimos poniendo piedras en nuestra mejora colectiva, es abrir el debate de cómo deberíamos fomentar la mejora en hábitos de vida de nuestros jóvenes. Podríamos, a título de ejemplo, fijarnos en Islandia, donde en los años noventa tenían una de las mayores tasas de consumo de alcohol y tabaco entre los jóvenes y donde en la actualidad esas tasas han bajado. Actualmente, apenas el 5% de adolescentes reconoce haber consumido alcohol el último mes o sólo el 3% consume tabaco diariamente, gracias a un programa mixto de fomento del deporte y otras actividades extraescol res. Los estudios realizados en ese país han permitido comprobar que el deporte colectivo y las actividades lúdicas generan las endorfinas necesarias para que los jóvenes se alejen de todo tipo de drogas.

Quiero terminar este artículo, con la última de las diez reglas de oro del Código "fair play" del deporte, y para mí la más importante:

¡Utiliza el deporte para cambiar el mundo!

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