Nos pide públicamente el señor Antuña que recordemos el prólogo de nuestra gestión municipal, es decir, los antecedentes que nos encontramos cuando llegamos al gobierno de la capital de Asturias. Ya que insiste, vamos a hacer ese ejercicio de memoria, aquí va: nos encontramos con una ciudad con un 20 por ciento de paro. Casi 20.000 ovetenses carecían de empleo, y tenían que buscarlo en un mercado laboral inhóspito, gracias a los recortes de derechos laborales decretados por los compañeros de Agustín Iglesias Caunedo en el Gobierno central. Desde el Ayuntamiento acometimos la mayor inversión en empleo público de la historia de la ciudad, intentando crear trabajo de calidad. En tres años de políticas de cambio, el paro en Oviedo ha bajado al 16 por ciento, y hoy hay casi 5.000 desempleados menos.
Alude el señor Antuña a iniciativas como la del Vivarium, que el PP nunca quiso gestionar de forma directa y dejó en manos de terceros. Cuando llegamos al gobierno, este Vivarium con el que el concejal hincha pecho tenía instalada una empresa. Decidimos hacernos cargo de la gestión de forma directa, y hoy sus 14 laboratorios trabajan a pleno rendimiento, y cuenta con una ocupación del cien por cien. Lo mismo podemos decir, por ejemplo, del Calatrava, al que encontramos en coma. Con nuestra nueva gestión, el año pasado el Palacio de Congresos multiplicó por seis sus visitantes. Retomamos la política de promoción turística, dentro y fuera de Asturias, volviendo, por ejemplo, a citas como la Feria de Muestras o FIMI en Lisboa, y conseguimos en 2016 y 2017 cifras récord de visitantes.
Todo esto lo hicimos, por seguir con el prólogo que nos pide el señor Antuña, asumiendo los pufos que el PP tuvo a bien dejarle a la ciudad, porque en generar deuda son unos auténticos campeones: desde que llegamos hemos tenido que pagar unos 50 millones de euros que estos magníficos gestores dejaron en herencia. Y para que no haya dudas, enumero algunos: más de 32 millones de Villa Magdalena; dos millones de los planes de empleo, otro más de las contrataciones fraudulentas de los trabajadores de colaboración social; cinco de las expropiaciones de Rodríguez Cabezas y Loma del Canto... Y es que según nuestras estimaciones, entre 2011 y 2015 estos estupendos empresarios de lo ajeno le ocasionaron un agujero a las arcas municipales cercano a los cien millones de euros, entre los aparcamientos con goteras de Cinturón Verde y la biblioteca más cara del mundo.
Asumimos con responsabilidad la gestión de un Ayuntamiento que estaba en caída libre y lo hicimos con ilusión y honradez, poniendo el interés público por encima de todo lo demás. Pese a tener que afrontar esos enormes pufos de la gestión anterior, dejamos de "sangrar" a los ciudadanos a multas y de usar la grúa como una máquina registradora: en el último gobierno del PP, la recaudación municipal por grúa y multas fue superior a 9 millones de euros, cifra que el Gobierno del cambio ha rebajado a menos de 4,8 millones de euros en 2016.
Garantizar que todos los niños y niñas de Oviedo tienen sus necesidades cubiertas, eliminar las listas de espera en becas de libros y comedor, transformar el albergue de animales en un espacio ético, en el que se respete la vida; afrontar la transformación del entorno del Campo San Francisco, que estaba siendo reducido a una gran glorieta de distribución del tráfico; conseguir más de 10 millones de euros de financiación europea para humanizar la entrada de la ciudad por la autopista, recuperar La Vega, acercar la cultura a los pueblos y barrios, dar participación a la ciudadanía en la gestión de lo que es de todos, prestar atención y cuidar enclaves naturales hasta ahora olvidados, como el Naranco o los meandros del Nora?, por más que el señor Antuña pretenda reescribir la realidad y contagiarnos su memoria selectiva, lo siento, pero no cuela. Tras tres años de gobierno del cambio y a pesar de los pufos del PP, vivimos en un Oviedo mejor.
