La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Concejala del PP en el Ayuntamiento de Oviedo

El tripartito pone de luto los festejos de Oviedo

La gestión del Carnaval por parte del gobierno local

Parece ya evidente que la organización de fiestas de interés público no es un punto fuerte del tripartito tras los descalabros de la SOF, de las autorizaciones a las asociaciones de festejos y, ahora, de la abolición de la libertad creativa en el Carnaval. Sánchez Ramos y el tripartito han puesto de luto los festejos en Oviedo y la mejor prueba es la gran idea de obligar a las agrupaciones de los centros sociales, que han sido el alma del desfile y de los concursos de Carnaval, a poner toques de luto en sus trajes y comparsas para enterrar a la sardina.

Es una decisión injustificada e injustificable que daña directamente a las más de 400 personas que integran las agrupaciones de los centros sociales, coartando su libertad creativa, y que no aporta nada a la celebración, ya que el Carnaval en Oviedo siempre fue algo más que una representación escenográfica por la calle Uría.

Y no sólo se ha sumido en la incertidumbre a estos ovetenses siempre implicados con los carnavales sino que además los condena a no poder disfrutar de los concursos y premios que durante tantos años contribuyeron a ayudarles a organizar sus propuestas de disfraces. El tripartito reduce premios y castiga a los centros sociales, cabe suponer que para ahorrar por ahí lo que van a gastar en financiar las charlotadas disfrazadas de supuesto arte de los amigos, como los 2.000 euros destinados a recuperar unos imaginados mazcaritos, esos sí amnistiados de la obligación de llevar luto.

La propaganda del tripartito intenta permanentemente autoconcederse títulos y méritos y tiene la desfachatez de afirmar que estamos ante el Carnaval más original cuando en realidad estamos ante el más restrictivo y adocenador, en lo creativo, de la historia de esta cita festiva en Oviedo.

Las meteduras de pata del señor Ramos y del tripartito en materia festiva forman parte ya de la historia de esta ciudad y ahí estarán en el futuro para aconsejar lo que no se debe hacer pero, en el fondo, responden al objetivo último que mueve a la izquierda radical: un modelo de cultura única y controlada, supuestamente progresista y revolucionario, pero que no es más que una pantomima para asaltar las arcas municipales para alimentar a sus partidarios.

Lo bueno es que ya no les queda mucho tiempo, porque de lo contrario acabarían con el Carnaval, con la Ascensión y con las fiestas de San Mateo, igual que acabaron con la SOF, por' cierto, reservándose una burla final: cobrar el recibo de 2018 a los socios cuando ellos aún no han planteado una nueva propuesta de futuro para la sociedad. Y lo más grave es que en la última asamblea los socios les desautorizaron rechazando su imposible propuesta y que las alternativas que parecen defender (crear una empresa pública) prescindirían de los socios a los que, sin embargo, ya les han cobrado su cuota anual.

Son 10 euros, pero representan perfectamente el desgobierno de este gobierno sin rumbo, sin criterios, sin ideas, reo de la ocurrencia y esclavo de sus odios al Partido Popular. Al final resultará que el mejor disfraz de luto para acompañar el entierro de la sardina va a ser vestirse de Wenceslao, Sánchez Ramos y compañía. No tendría mucha gracia pero pondría en perfecto contexto la gestión carnavalesca y catastrófica que están protagonizando.

Compartir el artículo

stats