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Crítica / Música

Pura energía sinfónica

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) descargó toda su energía sinfónica en el Auditorio, recién llegada de su actuación en Santiago de Compostela, con un programa de altura, para extraer todos "Los colores de la orquesta", título que comprende una selección de programas de variado repertorio. Potencia, brillantez y colorido orquestal fueron tres claves de la cita con la OSPA esta semana, bajo los mandos de su titular, Rossen Milanov. El público vivió así el viernes una explosión musical a la que contribuyó la solista Leila Josefowicz. Hay que celebrar la visita de esta violinista de talento excepcional, que defiende con apasionamiento la música contemporánea. Es la intérprete favorita de nombres fundamentales como Esa-Pekka Salonen, director y compositor del que Josefowicz escogió la propina.

En su debut en Asturias, la violinista canadiense nos descubrió el "Concierto para violín" del alemán Bernd Alois Zimmermann (1918-1970). Sería interesante profundizar en la trayectoria de este compositor, y su asimilación de los lenguajes modernos, teniendo en cuenta su formación interrumpida y limitada en tiempos del régimen nazi. Su único "Concierto para violín" lleva al límite el lenguaje clásico, en un primer movimiento donde el violín parece querer liberarse de la orquesta en un duelo de fuerzas, que dejó sin aliento al público. La capacidad de Josefowicz para prolongar las líneas del violín, con la tensión que sobrevuela la obra, y su virtuosismo, también se palpó en la "Fantasía" central, que acentúa el calado lírico del solista, mientras la OSPA cuidaba la inventiva tímbrica de Zimmermann en este movimiento. El "Rondó" supuso la última prueba de fuego para una orquesta dinámica, mientras el compositor altera la acentuación rítmica natural en un motor sinfónico que el viernes sonó en este punto más forzado.

La primera parte incluyó además el "Divertimento para orquesta" de Bernstein, en una interpretación un tanto irregular.

Cabría destacar el vals, con su vuelta de tuerca al ritmo tradicional de esta danza, así como la mazurca, con un resultado muy sugerente en la OSPA, teniendo en cuenta los recursos armónicos y tímbricos de la pieza. De los bailes siguientes se impuso la samba con el buen hacer de la percusión, frente al "Turkey trot", más debilitado en la interpretación, probablemente por el cuidado que puso la OSPA en el juego de intensidades. Este "Divertimento" nació como homenaje a la Sinfónica de Boston en su aniversario, orquesta muy unida a las experiencias musicales de Bernstein, quien recogió en la obra una síntesis de variedad de recursos para poner a prueba la flexibilidad de cualquier orquesta. Otra muestra de ello es el "Blues", protagonizado por el viento metal, si bien se impuso el viernes la "Marcha" final, con el buen hacer de las maderas.

El programa de esta semana fue ambicioso a nivel sinfónico; nada menos que con la "Quinta" de Prokófiev para reinar la segunda parte de la velada. Una obra épica escrita en tiempos de guerra, de una fuerza directa que arrastra desde la butaca. Prokófiev escribió su "Quinta" tras volver a la Unión Soviética de su exilio voluntario, en plena Segunda Guerra Mundial. La obra refleja la alegría victoriosa rusa sobre el nazismo, pero con un modo de expresión particular, para celebrar al fin la capacidad de superación del ser humano ante circunstancias trágicas, como explicaba la musicóloga Miriam Perandones. La versión de la OSPA creció al llegar el "Allegro marcato" para medir la reacción del conjunto, desde el corazón rítmico de este movimiento que deja poco respiro. La inventiva de Prokófiev se acentúa en los últimos dos movimientos, en los que la OSPA logró las cotas interpretativas más altas, con gran continuidad en el recorrido de una orquesta inagotable. Así se apreció en el "Adagio", de aire casi fúnebre, más que melancólico, para dulcificarse al final del movimiento; y sobre todo en el "Allegro giocoso", que sorprende en ideas y combinaciones instrumentales, de forma casi frenética, al final de la sinfonía.

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