Espacio iré sacando aquí para contaros mi reciente viaje por Jordania donde recorrí la Ciudadela de Ammán, el Templo de Hércules, el Palacio Omeya... con un Abdulsalaam Al Masri que trabajó en la fábrica El Gaitero, de Villaviciosa, para vender sidra sin alcohol a los Emiratos Árabes y al Magreb. Procuraré que en la Mar de Oviedo quepa mi recorrido en camello por el Wadi Rum de Lawrence de Arabia, por los caravasares del desierto del Este en ruta a Bagdag y a Damasco, por los siq o desfiladeros de Petra, con escaladas a tumbas de nabateos; noches en jaimas de beduinos, té con cardamomo, lecturas en el mar Muerto, buceos en el Rojo, mi paso por Sodoma y por Gomorra, la inmersión nunca tan abismal en la cueva del incesto donde a Lot embriagaron sus hijas... A ver cómo caso las zarzamoras de Olloniego con los lirios negros, y cómo del keffiyeh hago una boina.
