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La mar de Oviedo

Sodoma

En Jordania contraté a un taxista de Suweimeh, Khalid Qrainawi, y con mi mapa y su buena voluntad, fuimos desde el borde norte del mar Muerto hasta, más abajo de las fábricas de potasa, Babh adh-Dhra, se supone que Sodoma, en el Wadi Karak, destruida en el año 2300 a.C., donde hallaron restos de medio millón de muertos; rumbo sur alcanzamos Numeira, quizá Gomorra, cubierta por una gruesa capa de ceniza, y pasada la península de Lisán, a media montaña, entré en la cueva donde se refugió Lot, sobrino de Abraham, tras la destrucción de estas ciudades y perder a su esposa, convertida en estatua de sal; en esa cueva lo embriagaron sus hijas y, a los nueve meses, parieron a Moab y Ben-Ammi, de ahí los moabitas y amonitas. Y degenerando, sin forzar la máquina, llegamos al gigantesco mural que el poco ilustre Ayuntamiento de Oviedo dedicará en la Noche Blanca a Manolín el Gitano.

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