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La mar de Oviedo

Aseos en el Campo

Ya puede uno llegar al Monasterio de Petra, a la catedral de Aquisgrán, ante los Guerreros de Terracota, el David de Miguel Ángel o la Cámara de Ámbar, en el Palacio de Catalina, que, si tiene ganas de ir al baño, le importarán un pimiento los nabateos, el arte carolingio, la Dinastía Qin, el Renacimiento y la resina fósil de las coníferas. La pregunta más repetida en cualquier excursión, como si se tratara de la primera de las maravillas del mundo es: "¿Dónde hay un aseo?". Pues bien, el Campo San Francisco carece de aseos, y una urgencia obligaría a salir por patas a Entrecalles, en la esquina Oeste, atravesando Toreno; al McDonald's, en la Norte, cruzando Uría; a La Corte, en la Este, salvando la Escandalera, o a Munich, en la Sur, en la otra orilla de Santa Susana. No hay más, y estas cuatro esquinas pueden quedar demasiado lejos. Ya sé que no es un asunto importante, ¡pero es urgente!

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