El primer supermercado que conocí, Simago, se instaló en Uría en los años 60; acrónimo de los apellidos de sus fundadores, Simó, Mayorga y Gómez, que abandonaron Cuba tras la revolución. Estos socios se separaron, gestionó la empresa una firma francesa y fue pasando a Aurrerá, Rumasa, Galeprix, el Banco Urquijo, March, los asiáticos Dairy Farm, Continente? Con la inauguración de Simago, yo, recién llegado de Pravia, empecé a escuchar boquiabierto cómo mis amigos presumían de robar en dicho establecimiento, y no eran castristas, aunque también hicieron su revolución y, además de aprovechadas, llegaron a ser personas de provecho. En Simago no, pero siendo universitario, robé Nerudas en una librería. Lo confieso ahora, antes de que salga algún vídeo (o alguna acuarela, hablo de los años 70). Sí, yo robé al menos cien poemas de amor y más de una canción desesperada.
