En la pasada legislatura decidimos poner en marcha un equipamiento para usos artísticos y culturales en el edificio de la Fábrica de Gas. No se quedó en una mera idea, sino que pusimos el proyecto en marcha y lo dejamos listo para ejecutar. Dejamos diseñado y desarrollado un plan de usos y gestión que buscaba un amplio consenso ciudadano e integraba a la comunidad artística y a los distintos sectores que potencialmente podían participar del equipamiento.
De hecho, el presupuesto para 2015 contaba con 300.000 euros para iniciar el acondicionamiento del edificio, según las prescripciones indicadas en el proyecto de funcionamiento, y previsión para alojar actividad en la medida en que el espacio y las características de las programaciones lo fuesen permitiendo.
También se organizaron unas jornadas de participación ciudadana y políticas culturales que pusieron en marcha una línea de intercambio de opiniones. Como consecuencia de ellas, se activó un plan de visitas guiadas, gracias a las cuales se siguieron recogiendo propuestas para las distintas salas del edificio, así como planteamientos generales de gestión y de usos.
El resultado fue una apuesta por la biodiversidad artística y por el encuentro de diversas disciplinas. Un espacio de laboratorio creativo y un espacio de producción y exhibición en el que se ponía el acento no solo en los colectivos artísticos, sino también en toda la ciudadanía, de manera que este espacio de creación les permitiese estar en contacto con una nueva forma de comprender la cultura y acercarse a ella.
El proyecto de la Fábrica de Gas estaba enfocado al colectivo de artistas, pero también a todo el público. Con vocación de difundir, además del producto final de la creación artística, todo el proceso creativo. Una difusión que, más allá de aproximar a los ciudadanos a la creación artística, contribuye a crear nuevos públicos.
Era una apuesta por la cultura y las Industrias Culturales que buscaba consolidarse como uno de los nódulos principales de la red de espacios dedicados a la creación contemporánea y a la innovación cultural de España. Esto permitiría darle a la vez una proyección internacional que abriría a nuestros artistas, a nuestro talento local, nuevas posibilidades, entrar en contacto con otros públicos y artistas, abrir mercados y ampliar perspectivas.
Pero este gran proyecto para nuestra ciudad sigue en el punto en el que lo dejamos hace tres años. El tripartito no ha hecho nada más. Estamos ante otro proyecto paralizado por el actual gobierno municipal sin que conozcamos el motivo; probablemente sea simplemente, que fue planteado por un gobierno del Partido Popular.
Una actitud con la que están diciendo no a un proyecto construido con las ideas de los ovetenses, tanto del sector cultural especializado como de los vecinos que querían participar en él. Una actitud con la que el tripartito está diciendo, una vez más, no a la cultura. Recortan en proyectos que llevaban años funcionando bien en nuestra ciudad, como la zarzuela, y no ofrecen nada nuevo a cambio, ni siquiera un proyecto como el de la Fábrica de Gas, que ya se encontraron encaminado. Ni apoyan la oferta cultural tradicional ni apuestan por diversificar.
Frente al abandono al que el tripartito condena la cultura, uno de los mayores potenciales de Oviedo, en el Partido Popular tenemos claro que es una de las apuestas fundamentales para nuestra ciudad. Por eso, de cara a 2019, retomaremos el proyecto de la Fábrica de Gas en el punto en que lo dejamos, dada la lamentable parálisis del tripartito, y daremos los pasos necesarios para que este centro cultural sea una realidad de oportunidades y futuro para los ovetenses.