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Chus Neira

Las oportunidades que el cambio de Gobierno en Madrid dejan para la ciudad | Análisis

Chus Neira

La Vega, puente de plata

Wencesalo López en Oviedo y Pedro Sánchez en Madrid. Una serie de improbables combinaciones y la buena disposición de Podemos, allí, y su marca local Somos, aquí, han puesto al frente de la nación y del municipio a dos socialistas. La alineación política socialista Oviedo/Estado no se daba desde los tiempos de Masip y ahora llega, además, en un momento en que el regidor local puede colgarse la medalla de ser uno de los líderes sanchistas del nuevo municipalismo nacional. La legislatura de Sánchez puede ser breve, y de pocos frutos, pero abre un marco de expectativas para la ciudad, el gobierno tripartito y el PSOE único y muy apetitoso de cara a las elecciones.

No parece el alcalde de Oviedo un hombre dispuesto a sacar tajada en Madrid. Él, lo repite mucho, prefiere el diálogo y "los tiempos", al chantaje y las presiones, pero nadie duda de que hay, al menos, una oportunidad muy apetitosa para que el nuevo presidente le conceda a Wenceslao López, y por extensión a la coalición de fuerzas que le sustentan y acompañan en el gobierno de Oviedo, un regalo apetitoso sin casi dinero ni esfuerzo.

Sí, la entrada simbólica de toda la ciudadanía en la fábrica de armas de La Vega, la reconquista de esa ciudad industrial interior, tan vinculada a la historia del municipio, se presenta ahora, con Pedro Sánchez en la Moncloa a través de un puente de plata. Antes de la moción de censura había alguna ocasión para el optimismo. El equipo de gobierno había logrado pactar con Defensa un protocolo de actuación que confiaba firmar en julio, a más tardar. El proceso estaba muy maduro. Se habían establecido los derechos de propiedad del Ayuntamiento en el terreno y Defensa había solicitado una compensación urbanística por los suyos teniendo en cuenta la calificación y ocupación actual de los suelos de La Vega. Estos últimos detalles se iban a tratar en una nueva reunión en Oviedo para dar paso a la firma definitiva del protocolo. Lo único que quedaba flotando en el aire era la posibilidad de que el calentamiento preelectoral de las municipales de 2019 se transformara en el Gobierno central en orden para interferir en los acuerdos e impedir que Oviedo y Defensa llevaran a buen puerto sus planes.

Esa posibilidad, la de los palos en la rueda, parece que queda totalmente eliminada con la entrada de un Gobierno socialista en la Moncloa. La situación podría satisfacer a Wenceslao López, que se mostró siempre muy contento con el diálogo establecido con Defensa cuando era la ministra María Dolores de Cospedal la que estaba al frente de la cartera. Pero ahora se abren nuevas posibilidades. Seguir avanzando dentro de los plazos previstos no parece malo. Pero los socios de gobierno de López querrán empujar la balanza hacia un acuerdo mejor, si hay oportunidad.

Cuestiones a las que Defensa se había negado por ahora y que se podrían poner encima de la mesa son la ocupación inmediata pero provisional de alguna de las naves, algo similar a lo que pretende hacer Somos en el Cristo con el programa "mientras tanto", aunque allí todavía no se hayan logrado más que unas pocas mejoras en el llamado parque del Truébano.

Se ha hablado mucho, por ejemplo, de lo fácil que sería desgajar del recinto fabril, todavía propieda de Defensa y por tanto aún recinto militar, la zona de la capilla de Santa Bárbara (que incluye el pórtico románica original de Santa María de La Vega) y de la nave almacén levantada sobrelos restos del claustro barroco del monasterio. Es una zona que limita directamente con la calle, por lo que la seguridad en el resto del recinto no se ve comprometida, y su deslinde parece justificado más aún por las leyes que defienden y obligan a conservar y mostrar el patrimonio del Principado de Asturias.

La nave-claustro de La Vega se revela, además, como un lugar esencial, cargado de historia, junto a San Julián de los Prados, en la ruta de entronque con el antiguo para ser, por ejemplo, museo de la ciudad y nueva sede del archivo municipal, a la vez que semilla del renacer de la fábrica.

Entregar las llaves de La Vega al tripartito ovetense presidido por Wenceslao López no le costará nada a Pedro Sánchez y permitirá al gobierno local llegar a las elecciones del próximo año con un triunfo largamente ansiado. A falta de grandes obras, inauguraciones y con la posible imposibilidad de modificar leyes significativas, puede ser la jugada maestra para el resurgir de un partido socialista que en la ciudad había tocado suelo en los anteriores comicios. Lo más posible es que Wenceslao López opte por el perfil bajo de la tranquilidad y los pasos establecidos con la confianza de que ahora nada se puede torcer. Sus socios querrán algo más. Una reunión urgente de los nuevos responsables de Defensa en La Vega para volver a empezar y visibilizar que la devolución de la fábrica a la ciudad está al alcance de la mano y es logro colectivo.

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