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Portavoz del PP

Bulevar acto III: el desenlace

La tragicomedia del plan del teatral tripartito para Santullano concluye con la muerte del proyecto

No hay obra de teatro que no se componga de las tradicionales partes de planteamiento, nudo y desenlace. La tragicomedia del bulevar de Santullano, con la que el gobierno del tripartito nos viene amenizando desde los primeros días de su mandato, no iba a ser diferente.

Primero se hablaba de una obra de planteamiento global, participativa, de amplio consenso social y político. Un concurso de ideas, el segundo, pero que, este sí, resultaría vinculante para el equipo de gobierno.

Después, llegaba el nudo de la obra, un concurso de ideas que llegaba con una propuesta global, afectando a terrenos de los que el Ayuntamiento no dispone: ni en el comienzo del tramo en su conexión con la A-66, ni en su llegada a la ciudad, en el frente de la fábrica de la Vega. Sin embargo, pese al paso del tiempo, las soluciones políticas no llegan y las técnicas no convencen al resto de las Administraciones cuyos terrenos se ven afectados. La participación social se desvanece, la política se agota y los plazos para la ejecución de un contrato de redacción de proyecto de más de cuatrocientos mil euros expiran. Y el concejal responsable, pese a tener en su poder una solicitud de la empresa redactora del proyecto solicitando una ampliación de plazo, miente sobre las previsiones de ejecución y se exculpa cargando las responsabilidades al Gobierno del Principado de Asturias, que en los orígenes nunca fue llamado a este teatrillo, ni tan siquiera como espectador. Solo cuando se dieron cuenta de que el presupuesto ya superaba las previsiones y límites del contrato, solo entonces, se pide colaboración económica al Principado, pero resulta que ahora es el culpable de los retrasos...

Con la rueda de prensa del pasado viernes comienza el tercer acto de esta función: el (triste) desenlace. El Ayuntamiento admite desarrollar la propuesta técnica del Gobierno del Principado. Desecha su idea original, abandonando la idea de un concurso convocado a bombo y platillo y adjudicado de forma vinculante por el tripartito. El urbanismo participativo y social ha muerto. Y entendemos que el contrato adjudicado también. Y todo ello sucedía el mismo día que en la entrada a Oviedo por la A-66 (del bulevar de Santullano, ya sólo nos van quedando los dos carteles inaugurados con gaiteros) se hacían sondeos para estudiar el terreno de la futura obra, cuyo plazo de redacción del proyecto ya había concluido. Muy coherente.

Todo induce a pensar, además, que la solución final será más cara, que la nueva alternativa aún se tiene que proyectar y que, por tanto, los plazos técnicos de redacción seguirán dilatándose. Así pues, no se cumplirán los compromisos de los fondos europeos con los que se financia parte de la obra y es evidente, y lamentable, que el tripartito no cuenta con un "plan B" para reanimar a un moribundo bulevar, que nunca fue más que una ilusión en la cabeza de unos visionarios desconectados de cualquier realidad y capacidad de gestión. Sí, señores, el bulevar ha muerto. No obstante, no se preocupen. Recuerden que próximamente este teatral gobierno municipal estrenará una nueva obra titulada "El concurso de ideas para la remodelación del entorno del Campo San Francisco". Y es que algunos parecen no cansarse nunca de reírse de los ovetenses. Eso si, a costa de los demás.

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