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El descenso del Sella en canoa, un valor al alza

Alfonso Mendaña y César de la Torre, junto al puente Emilio Llamedo de Arriondas. c. c.

El que baja el Sella en canoa repite. Eso aseguran los cántabros Alfonso Mendaña y César de la Torre, de 20 y 19 años de edad, respectivamente. Los jóvenes hicieron el descenso en una excursión programada por su instituto hace ya cuatro años. La experiencia fue tan positiva que decidieron retomarla, ya por libre y como universitarios.

"Es muy divertido, puedes parar para darte un chapuzón y disfrutar del paisaje. Por el camino había chiringuitos con música que nos llamaron la atención", explicaron los jóvenes, que se desplazaron junto a ocho amigos de la infancia en un par de coches desde Torrelavega.

Destacan el precio asequible y las facilidades de las empresas de turismo activo asturianas. "Si hubiera sido por nosotros, remábamos hasta Ribadesella porque nos lo pasamos genial", bromearon los estudiantes. Por falta de tiempo abandonaron la aventura en la salida de Llordón, situada a 13 kilómetros del puente Emilio Llamedo, punto de inicio del descenso.

Los jóvenes se quedaron "sorprendidos" con la gran cantidad de actividades que ofrecen las empresas de turismo activo del Oriente y hacen planes de futuras excursiones.

"Lo que más me gustaría es hacer el parque de aventura en los árboles o el 'air soft' con pistolas", explicó De la Torre.

El paseo en moto acuática por los acantilados y grutas de la costa riosellana es otra de las actividades que no descartan. "Lo que más me gusta del descenso del Sella es cuando entras con la canoa en alguna corriente, así que lo mío va a ser el rafting", apuntó Mendaña, partidario de hacer también descenso de cañones o espeleología.

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