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MARKUS SALVATOR DE HABSBURGO-LORENA | Archiduque, bisnieto de Francisco José I y Sissi

"La imagen de Sissi se ha manipulado, se adaptó a lo que más dinero producía"

"Servir a un soberano carente de corrupción era un privilegio; mi bisabuelo Francisco José I fue uno de esos hombres ejemplares, libres de vicios"

Markus Salvator de Habsburgo-Lorena. l. á. v. / m. r.

El archiduque Markus Salvator de Habsburgo-Lorena pertenece a una estirpe que gobernó durante siglos sobre buena parte de Europa Central, pero también España, Italia y los Países Bajos. Bisnieto de Francisco José I, penúltimo emperador de Austria-Hungría -de cuyo fallecimiento se cumple un siglo el año que viene-, también lo es de la emperatriz Isabel, más conocida como Sissi, convertida en icono romántico a través de numerosas películas, novelas y libros de historia. Markus Salvator (Persenbeug, 1946) heredó la Kaiservilla, la residencia veraniega del emperador en Bad Ischl (Alta Austria), de su padre Huberto, y éste de su madre, María Valeria, la hija predilecta del emperador Francisco José. Allí, en la Kaiservilla, firmó el emperador, el 28 de julio de 1914, la declaración de guerra a Serbia, tras el asesinato en Sarajevo, un mes antes, del heredero al trono austrohúngaro, Francisco Fernando, y su mujer Sofía Chotek, princesa de Hohenberg; un conflicto que terminaría precipitando la sangrienta Primera Guerra Mundial. El emperador ya no volvería a esta residencia de estilo Biedermeier, a la que acuden todos los años 50.000 visitantes y en la que pueden encontrarse desde bustos de Sissi hasta el escritorio donde se firmó la célebre proclama "Aus meinen Völker!", sin olvidar un buen número de piezas cobradas por el gran cazador que fue Francisco José. Markus Salvator cree que la imagen de su bisabuela Sissi se ha manipulado con fines crematísticos y defiende la memoria de Francisco José, "un hombre ejemplar, libre de vicios", que "no fue un dictador". El Imperio terminó saltando en mil pedazos al final de la Gran Guerra, pero el archiduque defiende aquel sistema que "no fue explotador", en el que "se hablaba la lengua del vecino" y que aún es factible en muchos lugares. Markus Salvator es además primo lejano de los Reyes de España, puesto que uno de sus antepasados fue la reina María Cristina, esposa de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII.

-¿Se siente el peso de la historia al pertenecer a una familia como los Habsburg, con tanto protagonismo en la historia europea?

-Si sintiera el peso de la historia, no podría hacerla. Como ve, produzco para mantener la historia y pago impuestos para que la Unión Europea no sea un museo, sino parte del conjunto humano.

-Se pone el acento en la caída del Imperio. Pero ¿qué supuso éste para Europa?

-En épocas sin rumbo se echa mano de la historia. Actualmente, cualquier fecha conviene para la celebración de algo. En vez de producir, se festeja. La pregunta es: ¿es Europa moderna? Europa depende de la Banca americana, no fue capaz de refinar el sistema y sigue el modelo obsoleto anterior a la globalización.

-Puede decirse que hay una cierta nostalgia del Imperio. Autores como Joseph Roth o Claudio Magris la han alimentado en sus libros, pero son numerosas personas las que participan de celebraciones, como la que tendrá lugar el próximo día 18, el cumpleaños de Francisco José I. ¿A qué cree que se debe? ¿Es quizá la Unión Europea un remedo de aquel Imperio?

-Si se remueve la ceniza de la historia, Europa, lo que más anhela, es estabilidad, que algo mantenga su valor por un tiempo largo. Los sobresaltos y cambios bruscos sólo beneficiaron a unos pocos. La mayoría de nosotros vela por el bien de sus hijos e intenta no incurrir en deudas. No son movimientos nostálgicos, sino la desesperación de ver qué dejamos a las generaciones futuras.

-¿Encarnaba el Imperio unos valores de tolerancia y convivencia que quizá se echaron de menos tras su caída, cuando el nacionalismo ensangrentó la Europa central y oriental?

-El Imperio no fue un sistema explotador, sino un sistema generador de avances, descubrimientos y nuevas formas de administración. Para innovar hay que tener tolerancia. Piense en los mayores que no han podido aprender a utilizar el ordenador. ¡Les quieren aplicar las mismas exigencias que un ilustrado en telemática! Que cómodo es recoger datos de una pantalla en vez de recabar información en un suburbio. El Imperio fue un sistema administrativo que mantuvo su validez durante muchos años y hoy en día, en muchos lugares, no es una estructura obsoleta.

-El Imperio austrohúngaro, ¿una creación personal de su bisabuelo, Francisco José, que quizá era imposible que le sobreviviera?

-El Imperio lo crearon aquellos que decidieron hablar la lengua del vecino. Los contactos a través de las fronteras en tiempos de paz traían prosperidad; en tiempos de guerra, sólo pobreza. No era extraño que los ministros de aquel Imperio hablasen hasta nueve lenguas europeas y no sólo una, y si acaso el inglés. Además, servir a un soberano carente de corrupción era todo un privilegio. El emperador Francisco José I fue uno de estos hombres ejemplares, libres de vicios. Dudo que sepan que Francisco de Lorena (Francisco II de Alemania, luego Francisco I de Austria) prohibió que nadie de la Casa Imperial viviera de los impuestos del Imperio a menos que estuviese a su servicio. ¡Qué ejemplaridad! Sólo los dogos de Venecia tenían leyes tan estrictas.

-Hay una frase del Ministerpräsidet Ernst von Koerber: "Dos veces nos hizo Francisco José infinito daño. Una primera vez en su juventud y una segunda en su vejez", en referencia, por un lado, a la impericia de los inicios de su reinado, que llevaron a la división del Imperio en dos partes, y por otro, a la inmovilidad de sus últimos años, que impidieron al Imperio evolucionar y sobrevivir. ¿Un diagnóstico injusto?

-No puedo estar de acuerdo con esta frase. No refleja la trayectoria de una vida. El emperador sufrió que fusilasen a su hermano (Maximiliano, en México), asesinasen a su esposa (Isabel, a manos de un anarquista en 1899), que su hijo no supiese deshacerse de las influencias y tomase el camino de en medio -en referencia al heredero imperial Rodolfo, que se suicidó en Mayerling en 1889 (Más información en la página 10)-, que uno de sus hermanos incurriese en deudas y otro no llegase a madurar. El emperador estaba rodeado de personas mayores, tenía su familia, fue un gran abuelo, pero no tenía asesores adecuados, ni contaba con el concurso de las modernas tecnologías. Le pasaba lo mismo que a la Unión Europea, donde las formas son más importantes que los contenidos. Las industrias innovadoras se instalaron en otros países con más tradición técnica y menos pompa.

-¿Era la doble monarquía un modelo factible? Algunos servidores imperiales, como Von Margutti, ponen el acento en que sólo benefició a una parte, Hungría, a costa de la otra, Austria.

-Ante todo, el emperador nunca fue un dictador. El modelo monárquico o la "democracia refinada" por un Parlamento -como lo fue en los últimos años, desde la época del presidente Schmerling- consistía en llegar a acuerdos para el bien del conjunto , y no para un partido, negociando entre personas responsables. Mientras las cámaras estuvieron de acuerdo con el sistema, nadie dudó de su validez, pero todo eso cambió a partir de 1910.

-Se atribuye a su bisabuelo la frase: "Ninguna desgracia se me ha evitado". Las muertes de su tío abuelo, el príncipe heredero Rodolfo, y de su bisabuela Isabel, ¿forzaron a Francisco José a un cierto fatalismo en la forma de gobernar?

-Esas desgracias no le imbuyeron de fatalismo. Tenía fe y con ella soportaba su destino, como todos a quienes les tocó la miseria de la guerra. Europa luchó duramente entre sí. Eso sí, nunca exportó guerras como han hecho y hacen otros.

-¿Es real la imagen de la emperatriz Isabel que ha llegado a nuestros días o quizá se ha manipulado hasta límites que hacen imposible conocer realmente al personaje?

-Sí se ha manipulado, se adaptó su personalidad a lo que más dinero producía a cineastas, escritores... Como nadie de su familia protegió su imagen, su voz, firma o patrimonio individual han llegado a formar parte del acervo universal. No pasa un año sin que salgan dos o tres nuevas novelas. Una de cal y otra de arena. ¿Hasta cuándo? Hasta que deje de funcionar el turismo.

-Numerosos historiadores han puesto el acento en las malas relaciones entre Francisco José y Francisco Fernando. ¿Tenían puntos de vista tan dispares? Uno ha pasado a la historia como inmovilista, aunque realmente amado por su pueblo, mientras que al otro se le tiene como el reformista que no pudo ser, que además no tenía el cariño de los austriacos.

-Siempre el mejor administrador es el último. No fue Franco el hombre fuerte, sino su entorno. El emperador esperaba que la solución de su sucesión no viniera de dentro de su familia, sino de fuera.

-¿Pudo evitarse el final que tuvo Francisco Fernando en Sarajevo?

-El final de Francisco Fernando llegó como todo, de un imprevisto, el fallo en la cadena de transmisión de órdenes. Al conductor no le avisaron a tiempo del cambio de la ruta que iba a recorrer el archiduque Francisco Fernando con el coche del conde de Podstatzky-Lichtenstein (Harrach). El coche entra en la calle, el oficial de turno le toca el hombro y le indica que no es por allí. El conductor frena, se para el coche para meter la marcha atrás, y el asesino tuvo un blanco parado el suficiente tiempo para realizar sus tiros. El conductor hace un gesto brusco, arranca el arma del asesino y lo tira al bancal de la orilla del río.

-Aquí, en la Kaiservilla, se firmó la declaración de guerra. ¿Fue inevitable?

-No.

- ¿Fueron los disparos de Sarajevo el "11-S" de Austria-Hungría, una afrenta que era inevitable vengar?

-Cierto.

-¿Amenazaba seriamente Serbia al Imperio?

-No.

-¿Estaba preparado el Imperio para una guerra?

-En absoluto. ¡Mire el presupuesto militar que tenía! Era el menor de todos los imperios. Austria no quería la guerra. Su dinero se despreciaba, nadie sabía cómo detener la inflación.

-¿Fue Austria-Hungría responsable de la Primera Guerra Mundial?

-Tampoco. Estalló por un conjunto de cuestiones no resueltas. No hubo un plan de emergencia. Faltaba un Sagasta que tuviese una visión clara y ganase tiempo.

-¿En qué situación quedó su familia tras la caída del Imperio?

-El emperador (Carlos) salió del país, sin renunciar a sus prerrogativas. Muchos monárquicos le siguieron, otros no. Unos dejaron rangos, puestos, otros mantuvieron sus trabajos o bienes.

-¿Tuvieron dificultades?

-Pregunte a un futbolista, un actor o un político si tiene dificultades cuando llegan las vacas flacas. Claro que sí. Si la llegada de la República fue dura para los empleados, más miseria les tocó a los dueños. Lo contrario de a lo que estaban acostumbrados.

-¿Cómo encajaron la desaparición de la institución imperial?

-A río revuelto, ganancia de pescadores. En cada subasta salían piezas privadas de la época. ¿Cómo llegaron a la casa de subasta? Igualito que pasa hoy con las antigüedades de Siria e Irak en eBay.

-Sus padres, Huberto y Rosa María de Salm-Salm (sobrina nieta de la reina María Cristina de España), tuvieron, con usted, trece hijos. ¿Cómo fue crecer en una casa con otros doce hermanos?

-Fenomenal, lo deseo a cada niño que tenga hermanos y aprenda a tiempo a dejar de ser egoísta. Carencias muchas, falta de cariño nunca.

-¿Cuál es el papel de la aristocracia en estos tiempos?

-El mismo de siempre, ser una élite, no económica, sino en virtudes y sentimientos. En tacto e ideas propias. El respeto a la historia, que nos ha dejado un gran legado, nos ha vacunado contra populismos y personajes de un día.

-¿Cómo se lleva con la Casa Real española?

-¿Han estado en el Senado? ¿Han visto los óleos que hay allí? ¿Conocen la Casa de Campo? ¿La estatua de la "Chata" en el paseo de Moret? La relación con la Casa Real española se nutre de recuerdos y de intercambios familiares.

-¿Qué opina de las críticas que ha recibido la monarquía en España en los últimos tiempos?

-¿Se refiere a lo que escribe la prensa? ¿Tiene alguien derecho a criticar a otro? ¿Somos todos fariseos y sólo vemos la paja en ojo ajeno? Es el resultado de una vida lo que hace la personalidad. La tentación del dinero es fuerte en épocas en la que éste carece de valor estable y, por ello, los que no se dejan corromper son pocos, pero admirados y queridos. Es el hombre que tiene que decidirse entre ser querido o rico.

-¿Le gusta la actual Austria? ¿Qué país le gustaría?

-Me gustaría encontrar hombres y mujeres libres, que vivan de sus trabajos sin recibir subvenciones o favores de partidos y aporten su trabajo al país sin mirar lo que éste les aporta. Cuando haya encontrado varios de estos seres "libres", habrá encontrado la Austria que queremos ser.

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