Keith Richards se lanza en solitario con "Crosseyed Heart", tercer disco como solista, que recorre diversos ritmos y en el que se ha rodeado de varios colaboradores. A la par desvela la intención de los "Stones" de grabar nuevo álbum una década después de publicar "A Bigger Bang" (2005). Dijo que no había mucho que contar, pero sí que se reunieron "los chicos" en Londres y que tenían material para volver con disco original.
Keith Richards siempre levanta polémicas, últimamente con sus modalidades de esnifados de cenizas, pero también es un maestro del rock. Casi se podía decir que es una referencia del rock, como sonido. Todo quisqui distingue a los "Stones" por su sonido (El "sonido Stones", se dice): esa base rítmica, ese riff que parte de la guitarra de Richards. Nada hubiera sido igual sin su maestría para condensar el sonido en las cuerdas de su guitarra. De hecho, él siempre cuenta que el asunto guitarras en los "Stones" es un todo. Quizá por eso con el mejor que se compenetró es con Ronnie Wood, que es menos virtuoso, pero más "Stones". Charlie Watts comenta en la autobiografía stoniana que Mick Taylor, recuperado como colaborador en la anterior gira, era demasiado bueno técnicamente para ser "Stones". Y de hecho en los mejores discos stonianos anda metido Taylor.
El caso es que ahora con "Crosseyed Heart" Richards toma otro aire con varios géneros (hasta algo de reggae), mucho instrumento y mucho colaborador. Una de esas ayudas, con mucho protagonismo en el álbum, es la de Steve Jordan, que tiene mucha importancia en las dosis que el disco tiene de eso que se llama sonido americano (country, filtrado a lo Richards), o piezas como "Blues in the morning". Una parte con dosis country en "Robbed Blind". Es, en fin, todo un arsenal de movimientos y colaboraciones que le dan altura a "Crosseyed Heart". Hay que añadir entre sus invitados a Oldham, que viene del sonido Stax; Aaron Neville y el desaparecido "Stones" Bobby Keys. Y una sorpresa intergeneracional, el dúo que hace en "Illusion" con Norah Jones. Y Keith, para que no todo sean sus riff, se hace el multiinstrumentista, piano incluido. Quince canciones que también salen en vinilo (además del CD, claro)
Gregg Allman, en directo
"Statesboro Blues" ya pone sobre aviso de que estamos ante lo que estamos: historia auténtica de la música popular, historia del genuino sonido americano. "Statesboro Blues" es la apertura de una muy interesante edición en CD y DVD del directo "Back to Macon". Se trata de Gregg Allman en estado puro. En sesión directa y con el espíritu de los "Allman Brothers", aquellos que regalaron al mundo álbumes como "Brothers and sister" con "Jessica" y demás perlas, de ese disco y otros, de la era más auténtica del llamado rock sureño, o así.
Bien en este disco se capta precisamente la esencia de esa parte de la música popular, un sonido apasionante, en plena vigencia, que no hace más que poner a punto la nostalgia (favorable). Además de la citada pieza de apertura hay otras imponentes como "Melissa", "Whipping post", y también piezas más personales de Gregg Allman, canciones de la enjundia de "I'm no angel", que deja a las claras el talento de Allman. O mejor, que cuarenta años después de comenzar en esto de la música sigue en plena forma. Así era en 2014, que fue cuando se grabó este disco.
