Se levanta a las seis de la mañana. Hace entre 30 y 45 minutos de ejercicios de cardio en bicicleta estática. A continuación desayuna 75 gramos de avena, 300 gramos de claras de huevo (9-10 claras) y 150 gramos de frutos secos. Toma complejos vitamínicos, Omega 3, vitamina C y, antes de cada entreno, 2 cápsulas de calcio. A las tres horas toma 75 gramos de arroz, pesado en crudo; 150 gramos de pavo y dos cápsulas de calcio. A la hora de esta ingesta se va a entrenar al gimnasio. Mientras tanto atiende los correos, actualiza sus redes sociales. Todo son opciones a trabajo, dice. Hay que estar siempre alerta. El entrenamiento, ahora que está en temporada de competición, dura una hora. Incluye unos quince minutos de ejercicios de cardio y hace, en los aparatos del gimnasio, 30 series de veinte repeticiones cada una de pecho, hombro, pierna... Nada más salir del gimnasio se toma un batido de proteínas isolatadas sabor "cookie". "¡Sabe como una Oreo, muy rico!". A la hora hace la siguiente comida: 75 gramos de pasta integral y 150 gramos de pavo. A las tres horas se hace unos crepes con seis claras de huevo y una yema y tres panes tostados sin sal ni azúcar. Tres horas después, cena: un poco de pescado blanco y ensalada y verduras. Le gusta el calabacín crudo. Le recuerda a las patatas fritas. Las añora.
