La casona de Íñigo Noriega Mendoza es el rastro más antiguo del caserío que se levantó en Colombres con el dinero venido de América. El sobrio exterior oculta una mansión enorme y suntuosa. Sigue en manos de los descendientes de la familia. A la izquierda, uno de los salones. Arriba, la fachada y un oratorio con la Virgen de Guadalupe.