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El rábano por las hojas

Vuelve a ser injusto el castellano, con el rábano cuando, además, de ningunearlo quita importancia a sus hojas. La conocida expresión "tomar el rábano por las hojas" resume en algunos casos el atolondramiento de elegir la peor de las opciones. Si uno intenta extraer de la tierra bruscamente la planta puede quedarse en la mano con la parte insustancial perdiendo el rábano, es decir la aprovechable, que serían las raíces. Es bastante aproximado aunque no absolutamente cierto, porque del raphanus sativus todo se aprovecha y, todo, en realidad, es comestible. Las hojas frescas, aunque enseguida se quedan mustias, se pueden añadir, por ejemplo, a un caldo de verduras o a una crema de patatas. En inglés, un idioma menos propenso a la generalización y a los fuegos de artificio, una expresión equivalente sería "to get the wrong end of the stick", que en cualquier caso no hace alusión al rábano ni somete sus hojas a la irrelevancia que, por lo general, le ha atribuido nuestra lengua.

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