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¿Y si los dibujos animados ya se inventaron en las cavernas?

La luz vacilante de las lámparas de tuétano parece conferir movimiento a las pinturas rupestres. Un historiador y cineasta francés, Marc Azéma, lanzó hace unos años una teoría sorprendente: aseguraba que esto no sólo era virtud de la fuente lumínica primitiva, es que las pinturas y grabados también habían sido hechos a modo de fotogramas para que efectivamente se produjera ese efecto cinematográfico de movimiento. Una especie de dibujos animados sobre piedra. Azéma es doctor en Prehistoria por la Universidad de Toulouse y comenzó a desarrollar esta hipótesis tras contemplar un friso en el que aparecían tres leones, en la gruta de la Vache, ubicada en la localidad francesa de Ariège. La mayoría de sus colegas sostenía que eran tres animales diferentes e inacabados. Pero él indicaba que, en realidad, estaba ante un único león en tres posiciones diferentes. La luz haría lo restante para ponerlo en movimiento. Azéma buscó figuras similares, las filmó y las superpuso para comprobar que, efectivamente, se obtenía la sensación de dos movimientos. Sus teorías fueron expuestas hace ya cinco años. Azéma sostiene que ha descubierto algo así como el cine de las cavernas.

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