La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Remedios para la angustia navideña

La psicóloga Matilde Bousoño propone aprovechar estas fiestas "para limar algunas asperezas surgidas con el tiempo y buscar reconciliaciones", potenciar los valores familiares y limitar la espiral consumista

Remedios para la angustia navideña

La Navidad tiene partidarios y detractores. Personas que disfrutan con estas fiestas y otras que se angustian ante su proximidad. Matilde Bousoño Serrano, psicóloga del Centro Salud Integral y profesora de la Universidad de Oviedo, analiza en estas líneas las causas y consecuencias de la "alergia" a la Navidad. Señala que sus consecuencias psíquicas son "transitorias" y propone, como modos de amortiguarlas, poner límites al componente consumista y aprovechar las reuniones familiares para limar aristas y no para crearlas.

Psicología navideña

En las fiestas de Navidad, se dan una serie de circunstancias que para algunas personas pueden suponer una determinado nivel de estrés. Podemos agruparlas en cuatro: a) Reunión con familiares a los que no se ve con frecuencia. b) Recuerdo de familiares fallecidos. c) Las compras navideñas o el intercambio de regalos o entrega de regalos a hijos, sobrinos, nietos... d) Es una fiesta eminentemente cristiana.

Todos alegres menos yo

La reunión con familiares a los que no se ve con frecuencia supone en general un motivo de alegría, por cuanto significa un reencuentro y un compartir emociones positivas. Pero no siempre es así, y ese contraste con la aparente alegría de la mayoría incrementa el sufrimiento de quienes no la comparten, de quienes viven solos o no tienen familia, o de quienes teniéndola no se pueden reunir con ella en estas fechas, o de quienes han tenido conflictos familiares por reparto de herencia u otros enfrentamientos personales. El contraste de esos sentimientos negativos con la aparente alegría reinante supone un malestar añadido.

Los que ya no están...

El recuerdo de familiares fallecidos, especialmente si han muerto en estas fechas, o recientemente, resulta particularmente doloroso, por el contraste entre la alegría de encuentros anteriores al fallecimiento y la tristeza por la pérdida y el recuerdo reforzado en estas fechas.

... los regalos...

La compra de regalos por parte de una mayoría de la población supone para los más necesitados un reflejo de la injusticia social, y para otros una incitación inmoderada al consumismo. Por otra parte, el reparto de regalos da lugar a comparaciones, y a situaciones de aparente o real injusticia, y se suscitan cuestiones como hasta cuándo es apropiado regalar a los sobrinos -especialmente si ya son mayores de edad, o si ya disponen de todo-, o cuestiones similares que suscitan un cierto nivel de conflictividad.

... y el rechazo de la fiesta

Al ser una fiesta eminentemente cristiana, puede ser rechazada por personas que no profesan dicha fe, o incluso que le tienen animadversión por las razones que sean, generalmente de carácter reactivo.

Un cuadro transitorio

Este tipo de cuadros se enmarcan en la psicología dentro de los llamados "trastornos adaptativos", cuya característica es la transitoriedad y levedad de los síntomas clínicos de tristeza, irritabilidad, ansiedad o disforia que suscitan. No suelen requerir tratamiento; sólo ocasionalmente apoyo y orientación cuando perduran más allá de las fechas que los originan. Las personas que sufren estos cuadros están predispuestas a ellos en función de sus circunstancias personales, hechos ocurridos en el pasado que reviven en estas fechas... Si este malestar perdurase en el tiempo o fuese especialmente intenso, podrían ser objeto de ayuda para superar los traumas sufridos en el pasado que condicionan estas respuestas.

Un fenómeno creciente

La multiplicidad de medios de comunicación actuales y la profusión de propaganda comercial hacen que este tipo de problemas sean más frecuentes en la actualidad. También incide la pérdida de los valores tradicionales que permitían una mejor comprensión, integración y participación en los acontecimientos festivos propios de estas fechas. La descristianización de nuestra sociedad contribuye al nacimiento de este malestar en algunas personas que han desarrollado formaciones reactivas a la fe cristiana.

Problema y oportunidad

Las circunstancias que favorecen las respuestas desadaptativas son, entre otras, la tendencia al aislamiento social en nuestra sociedad; el hecho de vivir solos, aislados del contacto con una gran familia; y la presión comercial, que en estas fechas llega a ser excesiva y que en el fondo deshumaniza el significado real cristiano y familiar de estas fiestas. La forma de prevenir los conflictos que se han mencionado pasan por intentar una mayor integración familiar, la puesta en marcha de medios de cicatrización de las heridas y enfrentamientos familiares, la prevención de los mismos a través de un diálogo sincero y la participación abierta y sin reservas en la convivencia familiar. Afortunadamente, la mayoría de la población aprovecha estas fechas para limar algunas asperezas surgidas con el tiempo y para buscar una reconciliación que es beneficiosa para todos los integrantes de la familia. En aquellos casos en que esto no ocurre así pueden suscitarse situaciones de mayor conflictividad, y la apertura de brechas familiares que pudieran tener difícil solución.

Tiempo de excesos

Estas fechas están también asociadas al consumo de bebidas alcohólicas y excesos en la ingesta de alimentos, que pueden tener efectos negativos sobre la conducta y llegar a ser peligrosos cuando se combinan con la conducción de vehículos por ejemplo. El alcohol suele facilitar los enfrentamientos y avivar los conflictos subyacentes, por lo que siempre es recomendable un consumo moderado, que en la práctica supone no pasar nunca de tres consumiciones en el caso de los varones y de dos en el caso de las mujeres (ya que éstas tienen menor capacidad de metabolizar el alcohol). Finalmente, es recomendable la moderación en el gasto propio de estas fechas, para evitar comprometer el presupuesto familiar y para no fomentar en los menores el consumismo y la dependencia de objetos externos, que sustituyen a la auténtica expresión de afecto propio de estas fechas y cuya ausencia a veces se trata de compensar con medios materiales.

Factores en juego

No hay un solo factor que tenga una influencia determinante, todos interaccionan. Las circunstancias individuales predisponen, y las familiares y sociales desencadenan a veces situaciones que suponen una dificultad para un individuo predispuesto. Una relación familiar de confianza, afecto y respeto mutuo favorece, por el contrario, la expresión de alegría que debiera ser la propia de estas fechas. Se sea o no creyente, este recuerdo de la importancia de la familia debiera ser constructivo para la sociedad.

Claves para mitigar estos problemas

La clave fundamental radica en entender el significado de lo que estas fechas conmemoran, la alegría que supone para la inmensa mayoría de las familias el nacimiento de un hijo, la importancia de la familia en la integración social del individuo, y el apoyo que ésta supone en los momentos de dificultad, como las situaciones de duelo, etcétera. La familia es la base de nuestra sociedad y estas fiestas así lo recuerdan y ponen de manifiesto.

Compartir el artículo

stats