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Tesoros submarinos del Cantábrico

El cañón de Avilés y El Cachucho, foco de la investigación oceanográfica en el siglo XXI, albergan una rica fauna, con especies nuevas para la Ciencia

Tesoros submarinos del Cantábrico

La visionaria exploración de los fondos oceánicos que ofreció, en 1870, el escritor francés Jules Verne en su famosa novela de aventuras "Veinte mil leguas de viaje submarino", cuya narración contiene detalladas descripciones paisajísticas y zoológicas, sigue siendo un viaje extraordinario, pero ha pasado del territorio de la ficción al de la realidad de la investigación oceanográfica. Los sucesores del "Nautilus" y otros artefactos navales que el avance de la tecnología ha hecho posibles han suministrado información e imágenes de un mundo de otro modo vedado al hombre, sumido en tinieblas, frío y desolado.

La última frontera de la exploración zoológica del océano tiene nombre propio en el Cantábrico asturiano. Dos, para ser exactos: el cañón de Avilés (un complejo de escarpes submarinos) y el caladero de El Cachucho o banco Le Danois. Ambos albergan una extraordinaria riqueza de fauna, consecuencia tanto de su propio efecto topográfico, que modifica las corrientes, influye en la circulación y en la distribución de los nutrientes, y multiplica los hábitats disponibles, como de su situación biogeográfica, en una zona de transición entre un mar frío, hacia el Este, y otro más cálido, hacia el Oeste. Un edén sumergido -mas de apariencia nada idílica- al que los científicos se han asomado a través de los proyectos oceanográficos "Ecomarg" e "Indemares": una ventana aún entreabierta a un universo aislado y único.

El balance de las cinco campañas desarrolladas en el marco del proyecto oceanográfico "Indemares" (Inventariación y Designación de la Red Natura 2000 en Áreas Marinas del Estado Español) en el cañón de Avilés (uno de los más profundos del mundo, con su punto más bajo a 4.750 metros, casi un Mont Blanc "invertido") ha inventariado nada menos que 1.389 especies de fauna, de las cuales una veintena parecen nuevas para la Ciencia. A su vez, el proyecto "Ecomarg" (Estudio del Ecosistema de la Plataforma Marginal Asturiana) ha catalogado más de 550 especies (al menos dos nuevas) en el caladero de El Cachucho (banco Le Danois), una montaña submarina con 4.000 metros de desnivel (algo más que el Teide) localizada a 38 millas náuticas de la costa riosellana.

Son los territorios de dos de las criaturas más grandes del océano, el cachalote y el calamar gigante, y también el hábitat de miríadas de diminutos crustáceos nadadores que sustentan las redes alimentarias marinas, así como de corales, esponjas y tiburones de profundidad. Además, grandes bancos de peces de interés comercial buscan comida o refugio en ellos.

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