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Alergia infantil: el precio de comer y respirar lo que no se debe

La comida "basura", la contaminación, las mascotas exóticas y tal vez un exceso de higiene favorecen el incremento de las reacciones alérgicas

Alergia infantil: el precio de comer y respirar lo que no se debe

Las alergias infantiles ganan terreno. Factores como la contaminación ambiental, la comida "basura" o las nuevas mascotas están incrementando las reacciones de rechazo entre los más pequeños. Porfirio Fernández González, especialista de unidad de alergia pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y de la Clínica Fernández Polo, explica en estas líneas la evolución del panorama de las alergias y recomienda a los padres que ofrezcan a sus hijos una dieta sana y equilibrada, comenzando por la lactancia materna, y eviten la exposición a la polución atmosférica y, especialmente, al humo del tabaco.

Una reacción anómala

La alergia es una respuesta exagerada ante sustancias inocuas y bien toleradas por la mayoría de las personas. Estas sustancias pueden ser inhalantes (ácaros del polvo doméstico, pólenes...), alimentos, productos de cosmética que aplicamos a nuestra piel, medicamentos... Se debe a un trastorno del sistema inmunitario, que es aquél que se encarga de las funciones "defensivas" de nuestro organismo.

Cada vez más casos

Las alergias infantiles van en aumento. Además de posibles factores genéticos, el modo de vida occidental conlleva una serie de ambientes y hábitos perjudiciales. Por ejemplo, una mayor exposición a la contaminación ambiental en las ciudades, y al humo del tabaco en el domicilio, o la creciente ingesta de comida "basura".

¿Exceso de higiene?

Los niños se crían preferentemente en ambientes urbanos, se bañan con mucha frecuencia y presentan pocas infecciones parasitarias. La teoría de la higiene defiende que la exposición rutinaria de los niños a ambientes con diferentes gérmenes, presentes sobre todo en animales de granja, protege de la aparición de alergias, mientras que vivir en un medio muy limpio las favorece.

Las más frecuentes...

Las alergias más frecuentes son las respiratorias. En nuestro medio, los niños padecen sobre todo asma y rinitis por alergia a ácaros del polvo doméstico y pólenes de gramíneas. Les siguen las alergias a alimentos. Entre los dos y los cinco años de edad es el periodo de la vida en el que estas patologías se presentan con mayor frecuencia. Los niños pequeños son alérgicos a la leche, el huevo y los pescados, sobre todo; los mayores, a frutos secos, frutas y crustáceos. Otro motivo frecuente de consulta es la sospecha de alergia a medicamentos, sobre todo amoxicilina.

... y las más graves

La alergia infantil más grave es lo que se denomina anafilaxia o reacción anafiláctica. En ella se presentan al mismo tiempo, de manera brusca, por contacto con algún alérgeno, síntomas alérgicos en dos o más zonas del cuerpo: bronquios, laringe, nariz y ojos, piel, aparato digestivo, aparato circulatorio... En niños se presentan con mayor frecuencia en alergias a alimentos, a diferencia de los adultos, que suelen desencadenarse por medicamentos.

Nuevas alergias

En los niños sensibilizados a los ácaros del polvo doméstico, que hasta ahora lo estaban casi exclusivamente a "Dermatophagoides pteronyssinus" y "Dermatophagoides farinae", estamos detectando en los últimos años que están sensibilizados también a otro ácaro llamado "Lepidoglyphus destructor" en un porcentaje cercano al 50 por ciento. Se han incorporado nuevas mascotas a los domicilios -hurones chinchillas, ardillas, cobayas, iguanas...- y con ellas surgen sensibilizaciones a sus epitelios. De manera similar, cada vez es más frecuente encontrar niños alérgicos a alimentos que se han incorporado de manera rutinaria a nuestra dieta, como frutas tropicales, cereales o frutos secos. El "Anisakis simplex" es un parásito de los mamíferos marinos conocido desde el siglo XIX, pero no fue relacionado con cuadros de alergia hasta 1995.

Padres: atentos a...

Ante la sospecha de alergia, debemos tomar las medidas necesarias para evitar la fuente alergénica responsable y acudir al pediatra. La sintomatología es variada. En el caso del asma, los síntomas principales son tos, "pitos" y fatiga. La rinitis se caracteriza por la aparición de mucosidad nasal, picor-estornudos o taponamiento nasal acompañado en muchos casos de picor y enrojecimiento de ambos ojos en ausencia de una infección. La alergia a los alimentos puede manifestarse con síntomas digestivos (vómitos, dolor abdominal, diarrea), respiratorios (asma, tos, rinoconjuntivitis) o clínica cutánea (urticaria, edema o inflamación, dermatitis atópica).

Nuevas terapias

En alergia, el principal pilar del diagnóstico sigue siendo una historia clínica detallada. En el campo de los tratamientos, en la alergia respiratoria disponemos de mejores fármacos para controlar la enfermedad: corticoides nasales y antihistamínicos no sedantes para la rinitis; corticoides inhalados y omalizumap para el asma. Además, la inmunoterapia con alérgenos ha mejorado en estandarización y calidad. En la alergia a alimentos hemos pasado de recomendar la evitación del alimento sospechoso y similares a realizar inmunoterapia oral para curarla. Se están obteniendo buenos resultados con la inmunoterapia oral con leche, huevo y cereales. Además está comercializada en nuestro país una inmunoterapia sublingual para tratar un tipo de alergia a melocotón y frutas similares.

Dieta equilibrada y comida "basura"

Las recomendaciones generales de carácter preventivo son: ofrecer al niño una dieta sana y equilibrada, comenzando por la lactancia materna; no abusar de la comida "basura"; no evitar ni retrasar la introducción habitual de la alimentación complementaria del lactante; y evitar la exposición a polución ambiental, y especialmente al humo del tabaco.

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