"Adoro a los animales desde que recuerdo. Me autoengañaba asegurando que era incapaz de comer verdura, pero tampoco quería ver en el plato nada que recordara a un animal". La gijonesa Lorena Salagre resolvió esa incoherencia de un plumazo. "Reemplacé la carne por productos sustitutivos, como la soja y el seitán, y empecé a probar alguna verdura de vez en cuando", señala. Lleva dos años siendo vegana. "Ahora no es que no quiera comer carne, es que soy incapaz", destaca. Desde que sigue este tipo de alimentación, confiesa sentirse con mucha más energía y hacer unas digestiones mucho más ligeras. También afirma que cada vez es más fácil conseguir productos veganos. "Los comerciantes y hosteleros están viendo que somos un mercado que interesa captar". Y concluye: "Es innecesario explotar a los animales para nuestro beneficio".
