Fueron buenos tiempos aquellos de 1975, cuando nacía la Facultad de Económicas de Oviedo en la calle González Besada. "Éramos como una familia", afirma Rosa Corujo, la primer funcionaria de la Universidad responsable de echar a andar el aparato administrativo del centro en una época en la que todo se hacía a mano. "Todo, las actas, las fichas de cada estudiante, las papeletas".
No estaba sola. Se acuerda de Rita Naves, "que era como una madre para todos los alumnos", de Carmen Carbajo y de Conchita Ruenes. Buenos tiempos. "Teníamos auténtica vocación de servicio público". Aún eran los tiempos en que la Universidad prometía un ascenso social. Económicas era un camino. Muchas familias confiaban en él ciegamente. "Un día llegó una abuela de Cangas del Narcea, a las nueve de la mañana. Le cubrimos todos los papeles. Le preguntamos dónde estaba su nieto. En la cama, nos respondió. Al final nos quería dar una propinilla. No se la aceptamos, claro. Le explicamos que ya cobrábamos un sueldo". Ayudaban a matricularse y a lo contrario. Otra vez llegó un padre con un chaval a matricularlo en Económicas. El joven quería hacer Bellas Artes. Rosa se puso de su parte. Tiempo después recibió un cuadro pintado por el muchacho. "Entiendo que hizo Bellas Artes". Servicio público.
