El cineasta Alejandro González Iñárritu se vio envuelto esta semana en una virulenta e inesperada tormenta viral por un hecho que nunca sucedió. Como le pasó también a Leonardo DeCaprio por un clip masivamente difundido en el que parecía reirse de Lady Gaga al subir a recoger un "Globo de Oro", al director de "El renacido" le jugaron una mala pasada al dejar solo los segundos en los que parece enfurruñado y desdeñoso. Y en las redes sociales y foros de distintos pelajes a veces primero se dispara y luego se pregunta. En la entrega de los "Oscar", cuando Jenny Beavan pasa junto a Iñárritu para recoger su premio como ganadora a mejor diseño de vestuario por "Mad Max", se ve al realizador con los brazos cruzados. La oleada de comentarios negativos (que si no sabe perder, que si es un arrogante, que si...) fue tan brutal que Iñárritu se vio obligado a aclarar el malentendido con otro clip en el que sí se ve cómo aplaude a la ganadora: "Creo que Jenny Beavan es una diseñadora de vestuario magistral (...) Al editar el video y omitir la completa realidad y sugerir que no sentí admiración, es falso y mezquino. Lo que no ven en los 10 segundos del clip que ha circulado, es mi aplauso para Jenny mientras subía las escaleras del escenario. He aprendido mucho de esta temporada de premios? que nunca debo cruzar mis brazos cuando estoy sentado".
Las patrañas virales son abundantes y de todo tipo y condición. Son muchos los textos de intención positiva que se atribuyen a escritores que jamás hubieran escrito cosas tan mediores y también circulan anécdotas que emocionan a los más crédulos, ignorantes de su falsedad. Baste un ejemplo: circula una historia según la cual Plácido Domingo y José Carreras eran enemigos, pero cuando el segundo enfermó y se quedó sin dinero para pagar los carísimos tratamientos, el primero creó una Fundación para asumirlos sin que Carreras lo supiera. Cuando se enteró, fue a ver a Domingo y se postró de rodillas ante él. Es totalmente falso, como se encargó de denunciar la propia Fundación de Carreras, pero miles de personas la cortan y pegan en sus muros olvidando que antes de dar por válida una epidemia viral hay que ponerla en cuarentena.
