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Pesca sin muerte: la ausencia de turismo exterior castiga al sector

Asturias es "el máximo paraíso de la pesca", pero falla en lo esencial: no tiene peces. Así lo asegura Luis Meana, responsable de la empresa turística Fly Fishing Experiences y un gran defensor de la pesca sin muerte. A Meana le entristece tener que llevar a los aficionados extranjeros a "auténticos desiertos", teniendo en casa "un parque temático de ensueño". Pero volvemos al inicio: no hay salmones ni truchas. "No nos hacemos una idea del potencial turístico que tiene un río lleno de peces. Los extranjeros con los que trabajo tienen un poder adquisitivo altísimo, y no sólo buscan disfrutar de los ríos, también quieren un alojamiento y buena gastronomía. Todo eso es riqueza para una comunidad", explica. Una riqueza que en Asturias no termina de picar el anzuelo.

En opinión de Luis Meana, la situación que atraviesa el Principado es "muy delicada" y por tanto los pescadores tienen que hacer "un esfuerzo". "Nosotros somos parte del problema y tenemos que aportar nuestro granito de arena. Tenemos la suerte de poder disfrutar de nuestra afición soltando a los peces. Esto no es como la caza; aquí puedes pescar y no matar al pez", comenta. Meana piensa que es una cuestión generacional y que los jóvenes empujan hacia una dirección proteccionista. El tevergano Fran Ruiz forma parte de esta corriente. "Yo empecé llevándome el salmón a casa, porque fue lo que siempre vi en casa, pero ahora suelto todos los peces que pesco. Creo que es una forma de hacer algo, aunque sé que yo solo no voy a conseguir nada. Detrás mía van a venir otros a matar salmones", razona.

Ruiz es bastante crítico con la normativa regional, que califica de "continuista". A su juicio, la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales "lo último que hace es proteger el salmón; todo es un paripé". "No tiene sentido que ahora se conserve la despensa de los ríos y que dentro de un mes se acabe con todo. En el Narcea, durante la temporada con muerte nos cargamos el 50 por ciento de los recursos", se queja. Para este enamorado de la pesca, la modalidad sin muerte se acabará imponiendo. "Vamos a tener tan pocos peces, que va ser eso o la veda", espeta.

Sin embargo, los censos que maneja el Gobierno regional arrojan cierto optimismo, ya que los resultados de 2015 son mejores que los del año anterior. En concreto, el número de ejemplares se sitúa ahora en 3.029. Por cuencas, la del Sella es la que va más cargada de salmones (1.220), seguido del Cares (763), Narcea (549), Esva (366) y Eo (131). "En cuanto a las poblaciones de salmón, los ríos asturianos son los que mejor se mantienen a nivel de España y así, Narcea, Esva, Sella, Eo y Deva-Cares han sumado en los últimos diez años entre el 80 y el 90% del total de las capturas en España", señalan fuentes de la Consejería de Desarrollo Rural.

La caída de licencias de pesca fluvial en el Principado -en 2015, había 19.872, 11.076 menos que en el año 2000-, los pescadores de esta margen del río la achacan a una falta de relevo generacional. Es la pescadilla que se muerde la cola: no hay peces, no hay nuevos aficionados. "Les intentas meter el vicio y nada. Pasar horas y horas con la caña en la mano sin poder pescar nada no motiva", asegura Ruiz.

-Y entonces, ¿por qué sigue pescando?

-Porque esto es como la droga. En el momento que estás enganchado, ya no lo puedes dejar. Yo vivo y trabajo en Madrid, pero durante la temporada de pesca voy todos los fines de semana a Asturias. No lo puedo evitar, la pesca es mi pasión.

En la práctica sin muerte, que empieza hoy, sólo se permite usar cebos artificiales de tipo mosca y con anzuelo sencillo, es decir, sin arponcillo. La mortandad en estos casos, asegura Luis Meana, es el del 3 por ciento, debido a una mala manipulación. Según los expertos, si el salmón pica hay que intentar devolverlo al río lo antes posible -sobre todo en verano- y mantenerlo en el agua mientras se le suelta el señuelo. Son escasos segundos para sentir cómo se escurre de las manos el rey de los ríos.

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