"No tuve ninguna duda con los colores", afirma el arquitecto del comedor escolar galardonado con el premio "Asturias". El gris metálico pone la nota de modernidad. El amarillo, la cercanía. Nada que ver con las plaquetas de color indefinido del edificio central del colegio y con las que se revistieron en su día decenas de centros escolares en Asturias. Puede que no sean muy estéticas, pero aguantaron carros y carretas. El comedor del colegio Jaime Borrás, profesor de entrañable recuerdo en el barrio, es utilizado diariamente por unos 80 niños, en un solo turno y con servicio de catering.
Un premio en el cole