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Por el Sahara en zapatillas

Por el Sahara en zapatillas

Atletas de todo el mundo, más de quinientos, corrieron la última edición de la "Sahara Marathon", una competición solidaria en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Entre ellos sólo había un asturiano, el avilesino Pedro Menéndez, de 44 años. Por segunda vez, y después de haber corrido la "Palestine Marathon", en 2015, el pasado mes de febrero regresó al desierto. Su sueño es correr algún día la "Sahara Marathon" en la patria liberada de los saharauis. Así lo fue reflejando en su diario:

Viernes 19 de febrero. "Éste es el día cero. En el grupo de Whatsapp que tengo con varios amigos que conocí en la 'Sahara Marathon" de 2014 llevamos la cuenta atrás. Llego en tren a Madrid a las ocho de la tarde. Empiezo a evocar los aromas y la textura de la arena de la hamada, la zona del Sahara argelino donde se ubican los campamentos de refugiados saharauis desde hace 40 años y en los que viven entre 125.000 y 150.000 personas".

Sábado 20. "Los participantes en la 'Sahara Marathon', acompañantes, organizadores y pasaje del vuelo chárter de Air Argelia a Tinduf, la ciudad del sur de Argelia más cercana a los campamentos, nos encontramos en Barajas. La 'Sahara Marathon' es un evento deportivo solidario que sirve para recordar al mundo la situación injusta del pueblo saharaui y para facilitar nuevos proyectos de apoyo a la población. Llevamos material escolar, deportivo y medicamentos que atiborran las bodegas del avión. En el Sahara nos alojaremos en familias, el ilicitano Juan Pedro García y yo repetimos con la de hace dos años. Llegamos al aeropuerto militar de Tinduf a las once menos cuarto de la noche. Los controles de equipaje y pasaportes son lentos, muy lentos. Emprendemos viaje en autobús escoltados por el Ejército argelino. Continuamos unos kilómetros hasta llegar a la zona controlada por el Frente Polisario y allí se produce el cambio de escolta: pasamos a ser custodiados por los saharauis".

Domingo 21. "Hemos llegado al campamento de refugiados de Smara pasadas las dos de la madrugada. Nos han venido a buscar la mamá de nuestra familia en el Sahara, Marian, y la hija mayor, Fatimetu. Dormimos y a las ocho y media de la mañana, cuando nos despertamos y antes de desayunar, ya nos ofrecen el té. Los saharauis lo beben en tres tragos: el primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte. Comprobamos los daños causados por las lluvias torrenciales caídas a finales de 2015 -ACNUR estima que unas 25.000 personas perdieron sus hogares-. Una de las habitaciones de nuestra familia se derrumbó. Las familias se vuelcan con nosotros, prefieren quedarse ellas sin comer a que a nosotros nos falte algo. Vamos a la Escuela del Deporte y nos inscribimos. Hay varias pruebas: maratón, media maratón, 10 km, 5 km. Mis compañeros y amigos Juan Pedro García y el gallego Ramón Martínez se apuntan en la maratón. Yo me quedo en la media".

Lunes 22. "Asistimos a la presentación oficial de la carrera. Hoy ha llegado la expedición italiana. Seremos cerca de 500 personas en las distintas pruebas, de 22 países, desde China hasta Estados Unidos. El atardecer y el amanecer en el desierto son de película. De noche no cabe una estrella más. Contemplándolas imagino que la 'Sahara Marathon' se celebrará algún día en los territorios del Sahara Occidental".

Martes 23. "Nos levantamos a las seis y media de la mañana. La media maratón sale del campamento de Auserd a las diez y media, con sol por supuesto, pero con una ligera brisa que hace más llevaderos los casi 30 grados de temperatura. Este año, por las lluvias, la arena está muy suelta y eso nos carga más las piernas. En mi primera 'Sahara Marathon' reventé en el kilómetro 14, y tuve que hacer cuatro o cinco kilómetros andando. Este año la cosa ha ido mejor. He llegado al final contento, aunque bastante atrás. Es lo de menos. En la meta me llevo una gran alegría al ver aparecer segundo en la maratón a Juan Pedro García. El primero ha sido otro español, Vicente Grande de Hoyo. En la media han arrasado los argelinos. En la categoría femenina se impuso la italiana Erika Buoso".

Miércoles 24. "Entrega de premios en el anfiteatro de Smara. Hay menciones especiales para Daniel Dekkers, belga y corredor más veterano, con 81 años; para David R. Gago, que tras superar un cáncer de pulmón ha vuelto a la maratón cumpliendo su promesa a Nafi, el niño de 12 años de su familia saharaui; María Mosquete, que ha corrido su primera "Sahara Marathon" en homenaje a su padre, fallecido en 2007 cuando tenía previsto participar; para Lucía Santiago -muy grande su carrera-, la primera persona invidente en correr la prueba, con sus guías, Mónica Martínez y Miguel Salgado. Por la tarde ha habido unas 'Olimpiadas' para los niños de los campamentos. En la meta hemos ayudado en el reparto de medallas, golosinas y mochilas".

Jueves 25. "Echamos una mano en la reconstrucción de las edificaciones de la daira (barrio) de Echderia, pintando y acarreando bloques de adobe, hasta que el sol empieza a apretar. Visitamos la Escuela de Educación Especial de Smara, donde el doctor Castro hace una labor impresionante con personas con discapacidad, 68, de entre 5 y 32 años. Empezó con una habitación y hoy, gracias a la ayuda de la gente, tiene un aula, biblioteca, servicio de comedor y consultorio médico. Ésta ha sido una visita muy especial y emocionante para mí, por una niña saharaui que hace ya algunos años nos enseñó a las personas que la conocimos a mirar la realidad desde una perspectiva diferente y nos cambió la vida. Dejamos medicamentos y material escolar donados por amigos, familiares y compañeros de trabajo y un pequeño donativo económico, recaudado con la venta de objetos de segunda mano, para alimentos".

Viernes 26. "Mañana se celebra el 40.º aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Hay un desfile en Dajla, el campo de refugiados más al Sur, cercano a la frontera con Mauritania. Nosotros regresamos a España y no podemos asistir. A las afueras del campamento de Rabouni las autoridades saharauis organizan un ensayo general y vamos a él. Visitamos el museo "de la guerra", donde se explica la cronología de la guerra con Marruecos y la creación de la RASD. Por la tarde conozco el centro hospitalario de Smara, construido con fondos italianos".

Sábado 27. "Era el día de la partida, pero el siroco lo impidió. El día amaneció según lo previsto: desayuno y preparativos para el viaje. A primera hora soplaba aire, pero no le dimos importancia. Despedida triste en la haima. Los autobuses salen a las doce. El viento sopla cada vez con más fuerza, empezando a levantar la arena. A varios kilómetros de Tinduf, a la altura de Rabouni, los autobuses se detienen, cada vez hay menos visibilidad. El avión no ha despegado de Madrid. Volvemos a los campamentos, cada uno con su familia. No se ve nada".

Domingo 28. "A las seis y cuarto de la mañana suena el despertador, el viento ha remitido y la arena está en su sitio. A las siete estamos en el autobús, pero unos alemanes de edad avanzada, participantes también en la 'Sahara Marathon', se han despistado. No salimos hasta las ocho menos diez de Smara. Dicen que deberíamos salir, porque el tiempo va a empeorar otra vez. Salimos y llegamos a Madrid a las tres de la tarde. Nos despedimos y prometemos repetir la aventura. Los fondos recaudados por la 'Sahara Marathon' en esta 16.º edición servirán para reparar las escuelas y hospitales más afectados por las lluvias. Muchos participantes de la 'Sahara Marathon' vuelven cargados de proyectos: montar una escuela de fotografía en los campamentos, talleres de bicicletas, una escuela de boxeo...".

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