El compañerismo. Ésa es la cualidad que destaca la piloñesa Susana Álvarez sobre el "running" de alta montaña. "El ambiente que hay aquí no lo hay en ninguna otra disciplina. Nadie está pendiente del reloj y los hombres tiran mucho de las mujeres. Te ayudan en lo que necesites", explica. Álvarez empezó a correr en el colegio, pero siempre hizo ruta sobre asfalto. Desde que en 2010 probó la montaña, participando en la prueba Coto Musel, ya no quiere saber nada de las pesadas pistas de atletismo. "Participo en la 'San Silvestre' y nada más", dice. "En la ciudad vas corriendo a piñón y las vistas se reducen a las rayas de la carretera. Mientras que en el campo el paisaje es impresionante", confiesa.
Esta piloñesa de 44 años confiesa que la afición ha crecido de forma "exagerada". "En mis inicios había alguna carrera y la temporada duraba sólo unos meses. Ahora es otro mundo y hay tantas competiciones como en el asfalto. Hay que estar muy al loro para inscribirse porque los dorsales se terminan muy rápido", insiste. Susana Álvarez recomienda a las nuevas incorporaciones que no se tomen a broma las pruebas, ya que la alta montaña implica riesgos.
