La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturianos y gallegos, a tiros en Pajares

Las reyertas localistas entre trabajadores de las obras del primer tendido ferroviario del puerto causaron varios muertos y heridos en 1883

La estación de Pajares, durante la construcción del primer tendido del puerto.

El gobernador civil Juan López Somalo abandonó de forma precipitada Oviedo el 19 de octubre de 1883 para dirigirse, acompañado de un contingente de guardias civiles, al poblado lenense de Puente los Fierros. Las últimas noticias procedentes de los trabajos de construcción de la rampa ferroviaria de Pajares eran confusas, pero nada tranquilizadoras. El diario "La Vanguardia" hablaba de una "colisión" entre obreros gallegos y asturianos. "Ignóranse los pormenores", añadía. Pero lo que no ignoraba López Somalo era que apenas cuatro meses antes, cuando él estaba a punto de tomar posesión del cargo de gobernador de la entonces provincia de Oviedo, un brutal enfrentamiento entre empleados de ambas regiones se había cobrado tres muertos y una treintena de heridos en la "encarrilá", que era como se conocía popularmente a la obra del tren en la Cordillera.

Aquel suceso derivó en un escándalo de tal magnitud que llegó a los principales periódicos del país y generó aceradas críticas al Gobierno. Hasta motivó un debate en el Congreso, durante la sesión del 9 de julio de 1883, en el que tuvo especial protagonismo el diputado sierense José María Celleruelo, encargado de denunciar en la Cámara "los conflictos que diariamente ocurren en las obras de Pajares, en cuyo puerto se dan verdaderas batallas campales". En la réplica, el presidente del Gobierno, Práxedes Mateo Sagasta, pintó este panorama, según consta en la crónica publicada por "El Globo": "Mientras en las obras no hubo sino asturianos, las cosas marcharon bien, con vino, mujeres y todo, pero apenas entraron a tomar parte los gallegos dieron principio los conflictos originados sin duda en la poca amistad que se profesan los unos a los otros".

En aquel entonces, según expuso Celleruelo, trabajaban en Pajares unos 8.000 obreros, "entre naturales del país, gallegos, húngaros e italianos". El periódico "El Globo", del que fue director este destacado político sierense, cargaba las tintas contra los empleados foráneos, que, a su juicio, engañaban a los cándidos españoles y provocaban continuas trifulcas entre ellos. La responsabilidad sería, por tanto, de esos italianos cuyo traslado a España para enrolarse en la "encarrilá" no fue muy bien entendido por amplios sectores de la sociedad. "Han llegado a Madrid 220 obreros italianos, procedentes de Barcelona, pasaron anteanoche por Zaragoza. Van a trabajar en el túnel del puerto de Pajares y nadie se explica que se ocupen extranjeros en tales trabajos, cuando hay en estos momentos muchos brazos de hijos del país que carecen de ocupación", se leía el día 11 de enero de 1883 en el periódico liberal "El Debate".

No es de extrañar que, con semejantes antecedentes, el gobernador civil de la provincia decidiera acudir en persona aquel 19 de octubre al entonces poblado ferroviario de Puente los Fierros, temeroso de que, en realidad, la "colisión" fuera otra mortífera batalla campal. El telegrama enviado por López Somalo al ministro de Gobernación, Segismundo Moret, resulta esclarecedor: "Según anuncié a Vuestra Excelencia, desde Fierros me dirigí al puerto de Pajares con fuerza de la Guardia Civil. El orden está restablecido, y el juzgado, constituido en el sitio de las ocurrencias, funciona con regularidad. Hay 40 presos y 9 heridos, uno de ellos grave, con dos balazos. La guardia ha sido respetada y obedecida sin resistencia alguna antes y después de mi llegada. De acuerdo con el comandante y el ingeniero de obras se han aumentado los puestos para poder ejercer mayor vigilancia y prevenir todo nuevo desorden. Éste se ha promovido por excisiones (sic) entre asturianos y gallegos, pero sin carácter político ni social".

La "guerra" astur-gallega de Pajares volvía al primer plano de la actualidad. "El Globo" llegó a plantear que en las reyertas "pudiera hallar la empresa del Noroeste excusa bastante para demorar la realización de sus solemnes compromisos" sobre los plazos para terminar conexión ferroviaria entre la región y la Meseta. El periódico opositor "La Unión" censuraba con dureza al Gobierno por permitir que gallegos y asturianos "mátense unos a otros con ciego rencor como si no fueran hermanos y como si no existiesen autoridades, ni Guardia Civil ni policía".

"¿Si ahora hay motines permanentes entre gentes tan de paz como suelen ser gallegos y asturianos, qué sucederá después en otras comarcas por ministerio de la tolerancia del gobierno con las ideas revolucionarias de toda especie?", se preguntaba este diario conservador el 25 de octubre de 1883.

Sólo un par de días después, "El Liberal" publicaba una extensa crónica sobre la batalla de Pajares, protagonizada por "infelices que para ganar un mezquino salario duermen en miserables chavolas (sic) y pasan el día o la noche trabajando en un túnel, donde respiran el mortífero humo de la dinamita que envenena la sangre y destroza los pulmones". Obreros que "iban al trabajo armados de pistolas y navajas, relampagueando en sus ojos la ira y dirigiéndose amenazas como preludio de la tempestad que estalló el jueves en las inmediaciones de Parana".

Todo comenzó con el "disparo de algunos tiros" y después de que los gallegos y los asturianos "formaran dos bandos". "El viernes se dirigieron unos 300 asturianos al son de la gaita a tomar las alturas de Establón, donde estaban los gallegos, según parece en número superior, y a los gritos respectivos de viva Asturias y viva Galicia se acometieron con saña, resultando más de veinte heridos, algunos de los cuales ya han muerto". El gobernador, acompañado de la Guardia Civil, llegó al día siguiente a la zona de conflicto, concretamente a Los Troncos, donde estaban parapetados "los revoltosos. " Después se supo que éstos huyeron a la desbandada; pero no por eso dejaban de armar nuevamente escaramuzas a tiros, palos y puñaladas en el pueblo de Las Nieves. Unos 40 presos conducidos a la cárcel de Pola de Lena iban maniatados y gritando por el camino viva Asturias", afirma el cronista de "El Liberal".

No consta que se produjeran más enfrentamientos de entidad, quizá porque las obras de Pajares no tardaron ya mucho en concluir. El rey Alfonso XII inauguró en agosto de 1884 el primer gran paso ferroviario entre Asturias y León.

Compartir el artículo

stats