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JORGE FERNÁNDEZ CALDEVILLA | Fiscal de menores de Asturias

"En los últimos años aumentó el maltrato de menores a los padres, sobre todo a la madre"

"La rápida respuesta policial frenó la aparición de bandas como los 'Ñetas' o los 'Latin King' "

-¿Aprecian un incremento de la violencia entre los menores?

-Nuestra percepción es que no hay un incremento de la violencia entre jóvenes. El número de expedientes se mantiene estable, y yo diría que con una cierta tendencia a la reducción en términos absolutos. Se mantienen los delitos contra la propiedad, como los hurtos, los robos de móviles y demás. Pero lo que son hechos violentos, en los que hay amenazas, uso de armas y demás, ha habido una disminución.

-¿Y el fenómeno pandillero?

-Hace años hubo presencia de los 'Ñetas' y los 'Latin King', pero ha habido una respuesta muy rápida de la Policía. Ha habido algún incidente, pero se llegó a parar antes de que la situación se agravase, y se logró disolverlos rápidamente.

-¿Cómo está afectando la crisis?

-Ha afectado a toda Asturias y mucho más a la juventud, sobre todo a los menores que están en situación de desprotección y de riesgo social. Hace años era bastante frecuente que muchos menores ingresados en el centro de Sograndio recibiesen formación y se les consiguiese un trabajo. Actualmente, se sigue consiguiendo algún recurso de formación, pero de trabajo es imposible. Si está mal para los jóvenes que han estudiado una carrera y aun así tienen que irse al extranjero, los que sólo tienen una formación laboral lo tienen difícil. Es un problema de cara a conseguir el principal objetivo de la Justicia de menores, que es evitar la marginación, las causas que conducen al delito.

-¿Se ha normalizado la situación de Sograndio?

-No ha dejado de estar normalizada. Ha habido un conflicto laboral con unas reivindicaciones y se ha utilizado el centro con cierto sensacionalismo. Estamos hablando de un centro para menores delincuentes, tiene unas medidas de seguridad porque hacen falta, y unas medidas de contención, porque hay jóvenes que entran allí con trastornos de conducta, de drogadicción, mentales, que pueden tener dificultades para adaptarse a las normas. Que haya problemas entra dentro de lo normal. El sistema de convivencia sigue siendo normal. A veces un chico se puede poner conflictivo, se puede poner violento, hay que utilizar medidas de contención. Es un centro con un funcionamiento óptimo.

-¿Cuál es su mayor preocupación?

-Lograr que estos menores puedan salir adelante. Este año se ha puesto una nueva medida, tres plazas de convivencia con un grupo educativo, que puede funcionar para asuntos como el aumento del maltrato familiar por parte menores. Pero sólo hay tres plazas. En todo caso, el número de delitos de menores en Asturias no puede llevarnos a ninguna alarma.

-¿Son preocupantes las cifras de maltrato a los progenitores por menores?

-En los últimos años hubo un aumento, y hay sobre 50 asuntos al año, que no es una cifra muy elevada. El maltrato del menor suele ser a su madre, tanto chicos como chicas. Cuando se les intenta poner algún tipo de control se enfrentan. En esos casos caben medidas para mejorar la convivencia, la libertad vigilada para casos más graves e incluso el alejamiento a un centro de reforma, pero es excepcional.

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