La clave del éxito para lograr la igualdad de oportunidades a la hora de renovar el fondo de armario es tener una autoestima ajustada a la talla que se usa. Es la receta que recomienda Lucía Arévalo, cansada de no encontrar ropa que le sirva pese a usar una talla 44. "Hay que abrir la mente y colgar en las perchas tallas para todas las mujeres. Porque la mayoría sólo encontramos ropa en una tienda, y muy cara", reclama. Lucía, que no cierra la puerta a dedicarse en el futuro a ser modelo de tallas grandes, apela a la responsabilidad colectiva para dar normalidad y naturalidad a las denominadas "curvys", un calificativo que esta gijonesa de 32 años asume con gracia. "Hay que tener una visión más abierta. Ya es hora de que las chicas de talla grande también pueden vestir modernas, no con ropa de vieja", demanda a sabiendas de que ir a la moda a veces les resulta casi imposible porque no encuentran prendas de su talla. Pese a ello, insiste: "Hay que ser realista. La mujer de hoy en día es una mujer con una talla 42".
