Llegó de acompañante a un casting y descubrió lo que era el fenómeno "curvy". Allí conversó con compañeras en la fila, mientras esperaba su turno para retratarse, sobre esta tendencia que sobremanera afecta a las mujeres. Verónica Sánchez cuenta sorprendida cómo algunas confesaban no ir a la playa por culpa del qué dirán. Con o sin bikini. "¿Me voy a quedar yo sin ir a la playa o sin ponerme morena? Al que no le guste que se aguante", exclama.
"¿Curvys? El nombre no me importa. Lo que sí me importa es que ni todas delgadas, ni todas gordas", advierte como premisa. Verónica no oculta su malestar al hablar de ir de compras. "Las tiendas de talla grande no me gustan porque no me quiero vestir como mi abuela", revela. "A partir de la 42 es muy difícil encontrar ropa", confirma Paula, que tiene su propia explicación. "Por mucho que digan que sí, que las marcas de ropa están metiendo tallas grandes, no es verdad. De una talla 36 cuelgan veinte prendas y de una 42 tan solo cuelgan tres. Se trata de que produzcan más", aconseja.
Pero al mal tiempo Verónica pone buena cara y no se complica por algo que ve natural. "Igual que la gente es delgada por naturaleza, las que tenemos unos kilos de más también es por naturaleza".
