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Más disfuncional, imposible

Ya se sabe que la vida no es como las películas y cuando se tienen cerca las icónicas armaduras de los "Stormtroopers" lo primero que se descubre es que con este equipamiento militar no se conquista ni Andorra.

Lo primero: el plástico da un calorón de mil demonios.

Lo segundo: el casco apenas deja ver lo que se tiene delante. De hecho, los hermanos Jiménez sentencian: "El escalón es el peor enemigo del soldado imperial".

De agacharse ya ni hablamos, así que si uno de esos efectivos de asalto pierde el fusil ya puede olvidarse de llegar a recogerlo, la armadura se lo impide casi por completo. Y atención: va a ser también imposible vestirse uno solo. Los enganches necesarios lo dificultan enormemente. En algún momento del proceso el "Stormtrooper" va a necesitar ayuda. Por ejemplo, al ponerse el cinturón. Entonces se produce una escena taurina: como el que viste a un torero.

Nunca se ha diseñado una armadura tan disfuncional y que, al tiempo, haya librado tantas batallas. Las pasadas y las que quedan por venir, que se prevén muchas habida cuenta del nuevo empujón que Disney está dando a la saga estelar. Desde luego, como estos soldados no hay otros. Pero lo que se dice prácticos no son nada. Hasta el fusil está mal diseñado. La mayoría de los que aparecen en las películas lo sostienen con la mano derecha, los soldados son diestros, pero cuando están en formación tienen que cogerlo con la izquierda para colocar el cargador hacia fuera y no tropezar. Lo dicho: qué tropa.

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